El Santo Sepulcro de Jerusalén, el lugar donde según la tradición fue sepultado Jesús, cerró este domingo de forma indefinida por orden de las principales iglesias cristianas en protesta por la decisión israelí de hacerles pagar el impuesto sobre bienes inmuebles, del que están exentos desde hace décadas.

En una conferencia ante la iglesia, el punto más sagrado del cristianismo, Theophilos III, patriarca de Jerusalén; Francesco Patton, custodio de Tierra Santa, y Nourhan Manougian, patriarca Armenio de la ciudad, leyeron esta mañana ante el lugar sagrado un escrito de protesta y anunciaron su cierre.

Afirmaron que hay una campaña contra los cristianos que "ha alcanzado recientemente un nivel sin precedentes, con las escandalosas órdenes de la Municipalidad de Jerusalén de secuestrar bienes de las iglesias, propiedades y cuentas bancarias, para hacer frente a impuestos municipales punitivos".

"Nosotros, los líderes de las Iglesias a cargo del Santo Sepulcro y del Statu Quo de los distintos lugares sagrados cristianos en Jerusalén -el Patriarcado Greco-ortodoxo, la Custodia de Tierra Santa y el Patriarcado Armenio- seguimos con gran preocupación la campaña sistemática contra las iglesias y las comunidades cristianas en Tierra Santa", señalaron.

Las últimas decisiones del Ayuntamiento, consideran, "rompen los acuerdos existentes y las obligaciones internacionales que garantizan los derechos y privilegios de las Iglesias, en lo que parece un intento de debilitar la presencia cristiana en Jerusalén".

Las principales víctimas de estas decisiones, advierten, serán "las familias empobrecidas que quedarán sin comida y vivienda y los niños que no podrán ir al colegio".

Wadi al Huseini, el guardián de las llaves del Santo Sepulcro, que lo abre y cierra cada día, señaló a Efe que la Alcaldía "están pidiendo a las Iglesias que paguen muchísimo dinero en impuestos, esto no ha ocurrido nunca ni en el periodo Otomano, ni en el Mandato Británico ni con el jordano".

Se trata del impuesto municipal de bienes inmuebles sobre "centros religiosos, escuelas y hospicios de peregrinos", explicó.

"Los griegos, católicos y armenios me han pedido que cierre la iglesia, así que he pedido a todo el mundo que salga y he cerrado. Espero que se solvente el problema. Si no, se darán nuevos pasos y el papa pedirá a los peregrinos que no viajen a Tierra Santa hasta que se solucione", advirtió.

El depositario de las llaves señaló que "nunca antes se ha cerrado la iglesia por motivos políticos" y se mostró esperanzado de que "pronto se resuelva el problema y se pueda volver a abrir".