Gabrielle Bonheur Chanel, más conocida por Coco Chanel, es considerada la más grande diseñadora de modas del siglo XX.
Fue una visionaria que a principios de la centuria pasada sabía qué usarían las mujeres en este siglo. No se detuvo en la ropa, creó una línea de perfumes, y todo tipo de accesorios, sombreros, carteras, bijouterie que no alhajas, anteojos.
Sus diseños fueron el primer paso para liberar a las mujeres de las estructuras a la que las ataba la moda en ese momento. Puede decirse que las masculinizó, sin embargo, lo que hizo fue abrirles la mente y los ojos a otras posibilidades.
Esta pequeña campesina de Auvernia, nacida el 19 de agosto de 1883, tuvo una infancia y una adolescencia desdichadas. Su madre murió cuando ella era muy pequeña y su padre la abandonó junto a sus cinco hermanos.
Hasta los dieciocho años vivió en el orfanato de la Abadía de Aubazine. Durante esos años su vestimenta fue el uniforme del establecimiento: pollera negra, camisa blanca y medias negras; esa conjunción de prendas se convirtió en inspirador recuerdo a la hora de diseñar su famoso vestido negro.
Fue la gran creadora de un estilo que depara a la mujer una sensación de lujo y elegancia íntima
y sutil a través de un guardarropa práctico y universal. Llegó a París a trabajar de sombrerera. Decidida a crearse un modo de vestir personal, apareció en las carreras con la gabardina de un joven estudiante inglés y un sombrero de colegiala en la cabeza. Una pollera más corta de lo habitual, apenas debajo de la rodilla, que la dotaba de la comodidad necesaria para desplazarse en el casino, y un vestido con una cintura más baja que las caderas para ir a la ópera fueron su carta de presentación. Las mujeres comenzaron a prestarle atención y a intentar sus propuestas. Todo lo recargado había quedado atrás, llegaba la era de la sencillez.
Supo combinar elementos de la moda femenina y masculina, incorporando texturas y formas hasta ese momento reservadas al hombre. Adaptó ropa deportiva para uso diario. Proclamó como regla imprescindible la mezcla de lo falso con lo auténtico, las perlas y las piedras de fantasía. Impuso el pelo corto ´a lo muchacho´ y el pantalón como prenda indispensable. Negro, blanco, beige y azul marino se convirtieron en abanderados, quedaban de lado los colores chillones. El jersey, el traje sastre de tweed, el blazer, el trench, los botones dorados, la cartera colgante y los zapatos bajos bicolor no debían faltar en ningún placard elegante. Todo debía ser funcional, los botones debían servir para abotonar y los bolsillos tenían que estar ubicados de manera que las manos pudieran meterse en ellos con facilidad. La camelia llegó a ser tan emblemática del estilo Chanel como el collar de perlas de varias vueltas y los brazaletes laqueados con incrustaciones de piedras de colores. Los vestidos de noche debían ser de encaje y crèpe dos telas de delicada textura y excelente caída.
Coco Chanel fue la primera modista de alta costura en crear su propio perfume. Para eso contrató en 1920 a
Ernest Beaux, quien había sido el perfumista del zar Nicolás II y, en 1921, lanzó el famoso Chanel N. 5,
presentado en un frasco de formas depuradas y de excelente diseño que es un clásico, como todo lo que ella creó.
Tuvo muchos amantes y una vida sentimental controvertida, pero en esencia fue una solitaria. Murió un domingo de enero en su cama del Hotel Ritz, a los 87 años.
En uno de los rincones más exclusivos de París, a metros de la Place Vendome, en la Rue Cambon, su casa de modas sigue siendo el faro que ilumina el mundo de la moda.


