Con dos candidatos fuertes –el arzobispo de Milán y el de San Pablo–, y en medio de las pujas internas de la curia, los 115 electores junto con los 90 purpurados mayores de 80 años ya se encerraron en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo Papa. Sin embargo, la elección parece estar muy abierta, puesto que ninguno de los máximos candidatos acariciaría los 77 de los 115 votos necesarios para ocupar la silla de San Pedro.
Según constató Télam, desde la Santa Sede comunicaron que es poco probable que la fumata blanca salga hoy mismo. Las divisiones entre los pontífices son marcadas, tanto así que aún después de ocho reuniones preparatorias no pudieron consensuar un solo cadidato. Dos cardenales se disputan suceder a Benedicto XVI: el italiano Angelo Scola y el brasileño Odelio Scherer.
Éstos serían los canditatos acordados por los tres bloques internos: los “bertonianos” liderados por el secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone; los “diplomáticos” de su antecesor en ese cargo, Angelo Sodano; y los “pastoralistas”, capitaneados por sacerdotes estadounidenses, alemanes y brasileños.
Tanto Scola como Scherer son conservadores, su diferencia radicaría en cómo harían frente a los principales problemas de la Iglesia, la cual se vio ensuciada por algunos hechos descuebierto a raíz del affaire “Vatileaks”.
Escándalos de corrupción y sexuales preocupan a Roma; no obstante, el vocero vaticano, Federico Lombardi, sostuvo –en una conferencia de prensa previa al último encuentro preparatorio–, que lo que más le preocupa a los cardenales ahora es la elección del Sumo Pontífice.