A los tantos anuncios emitidos por el gobierno sobre los sucesivos acuerdos de precios, en las vísperas de cada festividad circula una explicación ya convertida en clásico: "el consumo estacional". Así, comer melón en verano es más caro porque esa es la estación más propicia para esa fruta, y comprar alcauciles a comienzos de la primavera es casi prohibitivo porque es la estación en la que salen a la venta. Algo similar ocurre con los alquileres que aumentan entre diciembre y abril, porque durante el verano los estudiantes se instalan en Rosario y demandan más inmuebles y también ocurre con la ropa, que a comienzos de temporada cuesta casi el triple de lo que se paga dos meses después.
Este martes, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, anunció que se prorrogaba el acuerdo de precios para la merluza y el calamar. Ante la cercanía de la Semana Santa, el funcionario indicó que los precios deberían ubicarse por debajo de los 10 y 3 pesos por kilo para merluza y calamar, respectivamente. Sin embargo, la cláusula de la “estacionalidad” volvió a jugarle en contra a la iniciativa oficial ya que ninguna pescadería del país, incluida la ciudad de Rosario, exhibe esos precios al público.
En los últimos 15 días, según detalló a Rosario3.com la titular de la Oficina Municipal de defensa del Consumidor, Analía Carrió, “los precios de la merluza se incrementaron entre el 18 y el 22 por ciento”, aún con los anuncios del gobierno. Ante esta situaación, según Carrió, “habría que establecer previamente una concertación con la subsecretaría de Defensa del Consumidor y con la secretaría de Comercio Interior cuál es el costo con el que los comerciantes minoristas reciben la mercadería”.
En consonancia con lo dicho por Carrió, los comerciantes se defienden de los aumentos cargados en las últimas dos semanas, con la excusa de que si se ajustan a los precios acordados, deberían vender al costo y no ganarían nada.
No sólo el valor del pescado trepó como consecuencia del consumo estacional, sino también otros productos típicos como las roscas y los huevos de Pascua. De acuerdo al relevamiento efectuado por Defensa del Consumidor, las distintas marcas que están en el mercado subieron los precios entre el 12 y el 17 por ciento, con respecto al mismo mes del año anterior. La explicación que en este caso dan los comerciantes apunta a que es la única alternativa que les queda ante el aumento de los insumos, si se quiere mantener la misma calidad de antes.
Este martes, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, anunció que se prorrogaba el acuerdo de precios para la merluza y el calamar. Ante la cercanía de la Semana Santa, el funcionario indicó que los precios deberían ubicarse por debajo de los 10 y 3 pesos por kilo para merluza y calamar, respectivamente. Sin embargo, la cláusula de la “estacionalidad” volvió a jugarle en contra a la iniciativa oficial ya que ninguna pescadería del país, incluida la ciudad de Rosario, exhibe esos precios al público.
En los últimos 15 días, según detalló a Rosario3.com la titular de la Oficina Municipal de defensa del Consumidor, Analía Carrió, “los precios de la merluza se incrementaron entre el 18 y el 22 por ciento”, aún con los anuncios del gobierno. Ante esta situaación, según Carrió, “habría que establecer previamente una concertación con la subsecretaría de Defensa del Consumidor y con la secretaría de Comercio Interior cuál es el costo con el que los comerciantes minoristas reciben la mercadería”.
En consonancia con lo dicho por Carrió, los comerciantes se defienden de los aumentos cargados en las últimas dos semanas, con la excusa de que si se ajustan a los precios acordados, deberían vender al costo y no ganarían nada.
No sólo el valor del pescado trepó como consecuencia del consumo estacional, sino también otros productos típicos como las roscas y los huevos de Pascua. De acuerdo al relevamiento efectuado por Defensa del Consumidor, las distintas marcas que están en el mercado subieron los precios entre el 12 y el 17 por ciento, con respecto al mismo mes del año anterior. La explicación que en este caso dan los comerciantes apunta a que es la única alternativa que les queda ante el aumento de los insumos, si se quiere mantener la misma calidad de antes.