Se considera que cuando la persona tiene dos o más episodios en seis meses o tres o más en un año se trata de un caso de infección urinaria recurrente

Las infecciones urinarias son el segundo tipo de infección más frecuente en el ámbito ambulatorio, tras las infecciones respiratorias. Las mujeres son las principales afectadas, y se estima que una de cada tres sufrirá este tipo de infección en algún momento a lo largo de su vida. Esta mayor propensión se debe a que la uretra (conducto que va desde la vejiga hasta el orificio exterior) es mucho más corta, lo que facilita la penetración de las bacterias.

La infección más frecuente es la se conoce como cistitis, en la que los gérmenes afectan las vías urinarias inferiores (uretra y vejiga). La culpable suele ser, con mucha frecuencia, la bacteria “Escherichia coli”, que se encuentra de forma habitual en las zonas distales del tubo digestivo. Las relaciones sexuales aumentan la probabilidad de padecer una cistitis debido al paso de bacterias hacia la uretra. El embarazo, la diabetes y los problemas que dificultan el vaciado de la vejiga son otros factores que incrementan el riesgo de infecciones urinarias.

La falta de prevención y el estilo de vida pueden llevar a que las infecciones urinarias sean recurrentes. Se considera que cuando la persona tiene dos o más episodios en seis meses o tres o más en un año se trata de un caso de infección urinaria recurrente. Es un problema frecuente, sobre todo en mujeres jóvenes sexualmente activas. Tras sufrir una cistitis, cerca del 25% de afectadas padecen una reinfección, que en muchos casos se repite de forma periódica. A pesar de que el problema no es grave, supone un malestar importante.

Causas y diagnóstico

La mayoría de los casos de las infecciones frecuentes se deben a causas relacionadas con las bacterias las que provocan. También se han implicado factores genéticos que inciden sobre la facilidad con la que las bacterias se adhieren a las células del epitelio urinario y sobre las propiedades del moco vaginal. Asimismo, se conoce que las mujeres con infecciones urinarias recurrentes tienen una mayor colonización de la vagina y de la zona alrededor de la uretra con bacterias con mayor capacidad para provocar infecciones urinarias.

El especialista realizará un interrogatorio al paciente para conocer sus síntomas, acompañado por un examen clínico. La mayoría de las veces la infección urinaria se puede detectar mediante un análisis de orina, el cual se hace para buscar glóbulos blancos y rojos, bacterias y ciertos químicos en la orina. También puede ser indicado un urocultivo para identificar las bacterias en la orina y en casos más puntuales una ecografía de la vejiga.

Síntomas y tratamiento

Los síntomas más frecuentes son escozor o dolor al orinar, con sensación de quemazón y necesidad de orinar con frecuencia. La orina puede ser turbia y, en ocasiones, hemática. La cistitis no suele acompañarse de fiebre alta. Si se presenta con fiebre elevada y dolor lumbar debe sospecharse una infección de las vías urinarias altas con afectación del riñón.

Si los síntomas se deben a una infección, el médico recetará un antibiótico para destruir las bacterias que causan la infección. El fármaco asignado dependerá del tipo de bacteria que se haya encontrado. El tratamiento suele durar tres días o en algunos casos se da en una sola dosis. Se recomienda también el consumo de arándanos rojos ya que tienen una propiedad que inhibe la adherencia de las bacterias a la pared de la vejiga. Se necesita una alta concentración por lo que se tiende a consumirlos en comprimidos. Sin embargo, también se puede complementar con la ingesta directa de la fruta.

La opinión del especialista
Entrevista al Doctor Enrique Ubertazzi. Jefe del área de Uroginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

¿Cómo se puede prevenir la aparición de una nueva infección urinaria?

Es importante tomar mucho líquido, por lo menos 2 litros de agua por día, y orinar con frecuencia. Al retener la orina hay mayor probabilidad de que los gérmenes se reproduzcan. La higiene también es importante y al momento de usar el bidet la persona se debe limpiar con papel y luego con agua y jabón. Hay alimentos y bebidas que son irritantes para la vejiga por lo que se aconseja evitar café, té, chocolate, comidas picantes y bebidas alcohólicas.

¿Cuáles son los factores de riesgo que pueden derivar en una infección urinaria?

En las mujeres jóvenes, el factor de riesgo tiene que ver con la actividad sexual. Los cambios frecuentes de pareja, el uso de diafragma como método anticonceptivo y el uso de espermicida hacen que se altere el PH y favorecen la infección. En la mujer post menopaúsica, el déficit hormonal, la aparición de incontinencia urinaria y la aparición de prolapso son los principales factores.

¿Existe algún nuevo tratamiento que se utilice?

Lo más nuevo en Argentina es un inmunomodulador. No es una vacuna, se toma de vía oral. Está hecho con varias partes de las bacterias. A nivel del intestino ayuda a la paciente a tener mayores defensas contra las bacterias que causan la infección urinaria.