Con el reloj en contra, el primer ministro griego Alexis Tsipras aceptó, con algunas salvedades las condiciones de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El premier busca extender el segundo rescate –que venció este martes– y conseguir un tercero, ya pedido y rechazado también. La canciller alemana Angela Merkel se mantenía firme en su postura de evitar cualquier acuerdo hasta después del referéndum del domingo. El propio Tsipras se había manifestado en contra la semana pasada de la oferta de los proveedores. 

Según informó EFE, Tsipras envió una carta a los jefes de las tres instituciones y les aseguró que Grecia “está preparada para aceptar el acuerdo” con una serie de modificaciones, que básicamente modifican los tiempos de la aplicación.

Por su parte, el presidente de Francia, François Hollande, pidió este miércoles a Grecia y al Eurogrupo que alcancen ese acuerdo “ahora mismo” que permita evitar el referéndum del domingo.

“Hay que ser claro, el acuerdo es para ahora mismo”, declaró Hollande desde Lyon poco antes de que el premier griego se dirijiera al país en un mensaje televisado.

El jefe de Estado francés agregó que “si no se puede conseguir un acuerdo, el referéndum tendrá lugar con todas las consecuencias”, lo que entraña un “riesgo de entrar en un período de turbulencias”.

“Siempre hay un riesgo, especialmente si la respuesta es 'no'. El riesgo es entrar en un período de turbulencias, desconocido”, explicó Hollande, quien reiteró que la situación de Grecia no tendrá grandes consecuencias para la economía francesa.

El presidente francés insistió en que su “deber” y su deseo es que Grecia siga estando en la zona euro.

El apoyo del socialista Hollande contrasta con la posición de Merkel quien descartó retomar las conversaciones hasta que no se celebre el referéndum.