Las aulas suelen ser fuente de pediculosis y la mayoría de los chicos -y sus familiares- caen víctimas de piojos y liendres. Una vez finalizadas las clases, sin embargo, no termina el problema. Es que cuando llega el calor, una de los lugares más frecuentados son las piletas que también propician el contagio de esta enfermedad.

Es por esto que desde el Ministerio de Salud se brindaron ciertas recomendaciones para prevenir y curar la pediculosis. Lo más importante, según se explicó en un comunicado de prensa es, “la revisión sistemática del cabello con el peine fino de metal, para el arrastre mecánico de las liendres, y un control posterior que debe repetirse periódicamente”.

Además, la cartera sanitaria advirtió que “los pediculicida deben usarse exclusivamente para el tratamiento de las personas infectadas, por las sustancias químicas que contienen”.

El contagio de esta enfermedad es directo de persona enferma a sana, e indirecto a través de elementos personales como peines, cepillos y toallas; los síntomas que produce son una picazón intensa que obliga al rascado con la consiguiente posibilidad de infección por lesiones en el cuero cabelludo y la piel, así como posibles trastornos psicológicos en el ámbito familiar, escolar y social.

Los parásitos se encuentran frecuentemente en la zona de la cabeza, la nuca y detrás de las orejas, y sus ciclos son de 8 días desde que la hembra fecundada pone los huevos hasta el nacimiento de la larva, motivo por el cual se deben examinar estas zonas del cuerpo en ese lapso de tiempo (o menos) y repetir el tratamiento periódicamente.

Para no pasar todo el verano con picazón en la cabeza

Para prevenir el contagio se insiste en el aseo personal con elementos individuales, como peines, toallas, pañuelos, ya que el contagio es directo: persona infectada a persona sana, o indirecta a través de dichos elementos de higiene.

En caso de detectar la presencia de piojos o liendres, se deberá confirmar el diagnóstico con el médico para que él indique el tratamiento correcto. Siempre se debe efectuar el control y, eventualmente, el tratamiento familiar o comunitario.

Si el profesional lo indica, el afectado no deberá concurrir al establecimiento (escuela, club) hasta que el riesgo de contagio haya cesado.

Cuando reingrese al establecimiento, se debe controlar al enfermo y solicitar certificado médico del tratamiento efectuado.

Por último, la cartera sanitaria recomienda la realización de controles periódicos individuales y/o comunitarios a fin de evitar posibles reinfestaciones.

Ojo al pediculicida

Desde la Dirección Provincial de Prevención y Promoción de la Salud, a través del Programa de Dermatología Sanitaria, aseguraron que “ningún pediculicida es capaz de eliminar todos los piojos y las liendres”; y precisaron que “los productos que se venden son efectivos para los parásitos adultos, pero no para las liendres, ya que las mismas se adhieren al pelo por una sustancia dura llamada quitina que se ablanda y desprende sólo con ácido acético (vinagre)”.

Asimismo, el área del Ministerio de Salud recuerda que “los pediculicidas no son preventivos, sino que son sustancias químicas que deben usarse exclusivamente para el tratamiento de las personas infectadas”, y advirtieron que “no pueden utilizarlos embarazadas y niños pequeños”.

Además, el uso indiscriminado de pediculicidas es potencialmente tóxico y provoca mayor resistencia a estos productos.