En un fallo inédito a nivel mundial, la justicia argentina le reconoció derechos básicos como "sujeto no humano" a Sandra, la orangutana del zoológico porteño, y accedió a concederle un recurso de hábeas corpus, figura legal que se utiliza para casos de personas privadas ilegítimamente de su libertad. De tal manera, el homínido, que en febrero próximo cumplirá 29 años, podrá ser trasladado a un santuario y vivir en semi libertad.

En un fallo de sólo una carilla y media, la Sala II de la Cámara de Casación Penal dispuso que la orangutana de Sumatra, llamada Sandra y alojada desde hace 20 años en el Zoo porteño, pueda gozar de libertad y se la reconozca como persona jurídica. La resolución, firmada por los jueces Alejandro Slokar, Ángela Ledesma y Pedro David , sienta un precedente radical en la jurisprudencia argentina, que hasta ahora consideraba a los animales como cosas.

Según publicó este domingo el diario La Nación, tanto para la justicia argentina como para el resto de la jurisprudencia internacional, los animales están amparados por el régimen de propiedad privada y no son pasibles de gozar de derechos o personería jurídica, como los individuos o las empresas.

Anteriores pedidos de hábeas corpus para grandes simios (chimpancés, orangutanes, gorilas y bonobos) interpuestos por diferentes organizaciones, en los que se alegaba que los grandes primates gozan de un cierto grado de raciocinio y poseen características emocionales similares a las de los humanos, fueron sucesivamente rechazados.

El viernes, la sala II de la Cámara de Casación Penal resolvió, por unanimidad, lo contrario: "A partir de una interpretación jurídica dinámica y no estática –sostuvo–, menester es reconocer al animal el carácter de sujeto de derechos, pues los sujetos no humanos (animales) son titulares de derechos, por lo que se impone su protección en el ámbito competencial correspondiente".

El Tribunal avaló las interpretaciones del juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, en su libro Derecho Penal. Parte General, y en La Pachamama y el Humano (Ediciones Colihue). Pero no brindó otras justificaciones.

El constitucionalista Daniel Sabsay lamentó la ausencia de una fundamentación jurídica más exhaustiva en el fallo de Casación. "La argumentación es muy vaga y se funda en una obra que no es específica de estas cuestiones, omitiendo la doctrina fundada. Pero tiene un gran valor, puesto que reconoce la calidad de personas no humanas a este tipo de animales con altas capacidades cognitivas y afectivas".