Se viene el segundo cuatrimestre escolar, que para muchos puede ser el último de la secundaria. A esta altura del año, aquellos que ya están en quinto suelen estar ansiosos por dos cosas: el viaje de estudios y el próximo comienzo de la universidad. Esto último puede llevar a los chicos a pasar por las sensaciones más antagónicas: de la felicidad de estudiar algo que realmente les gusta al miedo a lo desconocido.

Para algunos, entrar en la universidad no conlleva excesivos cambios en sus rutinas porque van a estudiar en la misma ciudad en la que viven y seguirán en casa de sus padres y saliendo con sus amigos del barrio; pero para otros supone dejar su casa, a su familia, a sus amigos y a su mascota y emprender un auténtico viaje a lo desconocido, planteó el blog eTítulo.

Tener que buscar un alojamiento, conocer una nueva ciudad, investigar los medios de transporte que tendrán que utilizar, inscribirse, aprender a manejar la economía doméstica y miles de pequeñas cosas más que, puede agobiar al principio.

Ante una situación así, el consejo es no desesperarse y afrontar como un desafío el listado de cosas que hay que hacer. Se trata de los primeros pasos de la edad adulta, así que hay que disfrutar de cada momento y sacar un aprendizaje positivo. No hay mejor manera de aprender a ser independiente que siéndolo en el momento de entrar en la universidad.

Nuevos compañeros

La perspectiva de entrar en la universidad y encontrarnos con un aula llena de desconocidos es motivo suficiente para que pasemos el verano estresadísimos revisando qué actitudes debemos cambiar para caer bien a los demás.

Lo bueno es que ante tanta gente, las aulas de una universidad suelen organizarse por grupos de compañeros que son afines y que trabajan codo con codo para sacar adelante sus materias, y así como uno puede ser tímido y tal vez le cueste iniciar la conversación, seguro que encontrará a alguien que rompa el hielo. Y si uno se siente que no encaja en un grupo, hay decenas más en la misma aula.

Las asignaturas serán más difíciles

Está claro que hay un salto importante entre la secundaria y la facultad. Ya no alcanza con una lectura rápida y por arriba de un apunte. Ahora habrá que preparar por largas semanas o hasta meses una materia, leer textos complejos y buscar la forma hacerlo con varias asignaturas a la par.

Pero no es algo imposible. Con trabajo diario y constante se puede lograr. La clave es estar siempre al día y contar con compañeros que te puedan dar una mano y a los que también vos puedas ayudar con apuntes o consultas sobre algún tema.