Debatir permite a los estudiantes poner en marcha un proceso de aprendizaje activo, ya que cada uno debe elaborar contenidos y reflexionar sobre ellos. Esto les posibilita asimilar conocimientos, mejorar la comprensión y expresión oral, y también desarrollar el pensamiento crítico y la argumentación.

Para poder desarrollar el debate de forma eficiente en el aula, el sitio Aula Planeta brindó una serie de consejos:

- Elegí temas que les interesen: los temas o enfoques deben atraer a los alumnos, y hay que bajarlos todo lo que se pueda a su realidad. Para eso se puede apelar a cuestiones de actualidad, elegir una cuestión polémica o alguna actividad que llame la atención y los interpele.

- Planteá preguntas: son esenciales para que nazca el intercambio de pareceres y para que el debate se centre en los puntos que deseás tratar, sin que el asunto principal se diluya o los argumentos se desvíen. También se puede generar debate con un texto que proponga un punto de vista concreto sobre el tema, planteando preguntas entre todos a raíz de lo leído.

- Promover la escucha: la escucha activa resulta fundamental cuando se opina, tanto en el aula como fuera de ella, y es una de las causas por las que los debates suelen fracasar. Debatir no consiste en exponer afirmaciones una tras otra, sino argumentar el punto de vista propio, escuchar lo que afirman los compañeros y responder con nuevas aportaciones.

- Controlá los tiempos: el proceso no debe avanzar demasiado rápido, ya que se perderían ideas importantes en las que merece la pena profundizar, pero tampoco puede alargarse demasiado porque no se aprovecharía el dinamismo de la conversación. El profesor debe ejercer de moderador sin juzgar, dar los turnos de palabra para que todos participen, forzar una pausa si se necesita reflexionar y saber cuándo dar por concluido el debate.

- Animarlos a reflexionar: se debe invitar a los alumnos a retomar aquellas opiniones que consideres más interesantes, señalar las contradicciones o las afirmaciones sin justificar y alentarlos a plantear otros puntos de vista que no hayan afrontado hasta ese momento. Hay que hacerles saber que está bien cambiar de opinión si tienen motivos fundados para ello, y que en ocasiones no hay una única respuesta correcta.

- Sacar conclusiones: podés dar por terminado un periodo de debate en el aula aunque no se haya llegado a una solución única al dilema o las preguntas planteadas, pero sí es importante anotar de manera resumida y rápida las ideas planteadas y las conclusiones a las que se llegó. De este modo los alumnos serán conscientes de la utilidad del propio proceso de debate y de lo que les ha aportado aunque no se hayan convencido unos a otros.