Menos pantallas y más atención. Tal es el consejo de la psicopedagoga Liliana González a padres y madres, especialmente para aquellos que tienen o creen tener chicos con síndrome de hiperactividad. En contacto con Radio 2 habló sobre los falsos diagnósticos y el riesgo que conllevan y advirtió contra la medicalización.

“Hay un exceso de diagnóstico y de medicalización (en la infancia)”, advirtió, entrevistada por el conducto de A diario, Alberto Lotuf. Así, la especialista previno contra recetar drogas a niños como primer medida. E ilustró con la historia de uno de sus pacientes, un nene que mostró síntomas de hiperactividad en medio de un cuadro depresivo de su mamá. Sus movimientos constantes eran, explicó, la forma que el niño encontró para llamarle la atención a su madre e intentar sacarla de ese letargo.

Muchas veces, advirtió, lo que parece ser hiperactividad es un llamado de atención a los padres, por eso recomendó –como muchos pediatras– pasar al menos media hora de “tiempo gozoso” con los hijos. Es decir, no cuenta las llevadas y traídas al deporte, o a inglés, ni siquiera el tiempo de mesa. Media hora en la que los chicos –“recetó”– puedan sentirse valiosos a los ojos de sus padres, puedan hablar, jugar o leer con ellos.

Y de la mano de esta recomendación, otra: limitar los tiempos de pantalla. “Hasta los dos años (los niños) deberían desconocer las pantallas, los hacen hiperactivos”, señaló y opinó: “No creo que haya nativos digitales, (los chicos) no nacen con un chip distinto, sino que entran a una sociedad en la que todos andan con pantallas”. Y graficó: “La mamá que amamanta con el bebé en un brazo y el celular en la mano” envía un mensaje de que niño y teléfono valen lo mismo.