Algunos internos alojados en la Unidad 3 y en la cárcel Piñero continúan con la huelga de hambre. La medida de fuerza, que se inició este lunes en ambos penales, se mantiene a pesar de haberse producido algunos acuerdos parciales.

En el primero de los edificios, los reclusos exigen que se satisfagan las peticiones de cuatro internos relacionadas con permisos judiciales para visitar a familiares enfermos, además de necesidades generales del total de la población carcelaria como destinos laborales, actividades deportivas y elementos de limpieza y pintura. También solicitaron que a los enfermos que no pueden sumarse a la huelga de hambre por su salud personal, se les permita comer en el exterior del pabellón, separado del resto de los detenidos.

En tanto, en la cárcel de Piñero, donde están alojados alrededor de 150 internos, el petitorio se centra en 20 puntos, entre los cuales se destacan: el pedido de conmutación de penas, la fijación de pena para los casos de reclusión perpetua, modificación de los requisitos para pedir el período de prueba, celeridad en el traslado de la documentación hacia el juzgado de ejecución, una vez que se dicta la condena, aceleramiento de las causas y designación de un juez de ejecución para ese centro de detención en especial.

En cuanto a las condiciones de vida, los reclusos piden ventiladores y la instalación de una media sombra para el sector de visitas, alimentos y colchones de mejor calidad, mejoramiento del servicio médico, educación para todos los allí detenidos.

“La medida de fuerza seguirá –aseguró Antonio Tesolini, integrante de la Coordinadora de Trabajo Carcelario a Rosario3.com– hasta que alguno de los destinatarios de estos pedidos: desde el jefe del Servicio Penitenciario hasta el gobernador Jorge Obeid, se hagan eco de los mismos y respondan con medidas concretas.