Los enormes incendios forestales comenzaron el viernes y han calcinado casi 15.000 hectáreas cuadradas de árboles y arbustos, además de causar daños en cientos de casas obligando la huida de miles de personas hacia zonas remotas.

Al menos cinco residentes fueron atendidos por quemaduras y varias decenas han reportado problemas respiratorios, aunque ninguno con heridas graves, informaron representantes del Ministerio de Salud.

En las primeras horas de hoy,17 aviones y helicópteros hidrantes continuaron sus operaciones, descendiendo en picada sobre las llamas cerca de las zonas pobladas.

"Hay algunos signos buenos, pero no podemos reducir los esfuerzos. Tenemos una oportunidad para contener esta pesadilla, que ha terminado con la mayor zona boscosa de la ciudad", dijo el gobernador regional de Atenas Yiannis Sgouros.

"Después de esto analizaremos la magnitud de esta catástrofe, cuántas casas ha destruido y cuánto daño ha causado", admitió.

Las llamas continuaban consumiendo el pueblo costero de Nea Makri, cerca de Maratón, hacia el noreste de la capital, y Vilia al noroeste.

En Nea Makri, un incendio calcinaba una colina hacia un grupo de casas y decenas de monjas fueron rescatadas de un convento cristiano ortodoxo amenazado por el fuego. En otras partes los residentes defendían sus casas, humedeciendo sus patios con cubetas y mangueras.

En Rhamnus, donde hay templos de 2.500 años de antigüedad, el fuego continuaba cerca de su fortaleza antigua.

Las autoridades no han dicho que fue lo que comenzó el fuego. Hace dos años una serie de incendios similares causaron la muerte de 76 personas.

Cada verano cientos de incendios forestales amenazan a Grecia y muchos son iniciados de forma intencional, a veces por constructores o ganaderos que buscan incrementar sus terrenos de pastoreo.