En medio de la controversia generada por el acuerdo que permitirá a Estados Unidos el uso de siete bases militares en Colombia y por las tensas relaciones entre Bogotá y Quito, Ecuador recibirá hoy la presidencia pro témpore de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en la Sala Capitular del convento de San Agustín, donde en 1809 se firmó el acta de la independencia de lo que hoy es esta nación andina. El clima es de diferencias entre los presidentes y la reunión que no será de más de una hora tiene una ausencia esperada, la de Álvaro Uribe, presidente de Colombia. 

Hace meses, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, había ya señalado que el mejor escenario para recibir la presidencia pro témpore de manos de su colega de Chile, Michelle Bachelet, era la Sala Capitular, al cargar de simbolismo el acto en el que participarán nueve de los 12 presidentes de Unasur.

Correa, además de ser ungido como presidente pro témpore de Unasur, será investido para su segundo mandato al frente del gobierno ecuatoriano, el primero después de la reforma constitucional y tras su victoria en primera vuelta del 26 de abril pasado. Correa jurará por la mañana como presidente de Ecuador ante la Asamblea Nacional y, por la tarde, tomará posesión del cargo en otra ceremonia frente al pueblo, en el estadio Atahualpa de Quito, ante unas 40 mil personas.

Entre las proclamaciones locales, Correa se reunirá con sus colegas de un continente agitado por roces como el que hizo romper hace más de un año relaciones a su país con Colombia.

La Sala Capitular, donde no estarán hoy los mandatarios de Colombia, Álvaro Uribe; de Uruguay, Tabaré Vázquez (irá su vice, Rodolfo Nin Novoa), ni de Surinam, Ronald Venetiaan, recibe a los visitantes con una placa que reza: "En esta sala, el 16 de agosto de 1809, los diputados del pueblo ratificaron solemnemente con su firma la independencia de la patria proclamada el 10 de agosto".

En el bicentenario de aquella gesta, el posible aumento de la presencia militar de Estados Unidos en una región que busca consolidar a la Unasur fue visto por varios diplomáticos como una maniobra para destruir los esfuerzos de integración e independencia en este siglo 21.

Las diferencias 

La posibilidad de que Estados Unidos utilice siete bases en suelo colombiano representa un intento de "dinamitar" la unión de Sudamérica, declaró ayer el canciller venezolano, Nicolás Maduro, en el marco de la reunión de cancilleres de Unasur.

Más temprano, el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, coincidió con su colega venezolano en que el hecho de que militares estadounidenses operen desde Colombia representa "un factor de desestabilización regional cuya respuesta no debería ser una alocada carrera armamentista", según publicó el domingo el diario El Universo.

Maduro consideró que las bases militares en Colombia "son parte de un plan para dinamitar la unión de Sudamérica, para dividir Sudamérica y para convertir Sudamérica en un territorio de desestabilización".

El presidente venezolano, Hugo Chávez, señaló ayer desde Caracas: "Colombia, de concretarse esto (las bases), sería una colonia del imperio".

Colombia, que no tiene relaciones con Ecuador desde marzo del año pasado, no envió ningún representante a la Cumbre de Unasur y su presidente, Álvaro Uribe, mantuvo esta semana reuniones con mandatarios de la región para explicar el alcance del posible acuerdo con Estados Unidos. La gira no incluyó a Venezuela ni a Ecuador, férreos críticos de la idea.

Aunque no confirmó si la declaración incluirá referencias al tema de Colombia, el canciller venezolano dijo que "Unasur es el escenario por naturaleza que debe atender estos temas".

Brasil, que también expresó su preocupación sobre el tema, anticipó que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva no realizará en Quito un pronunciamiento en concreto sobre el tema.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien manifestó a Uribe en Buenos Aires el rechazo a las bases, llegó anoche a Quito para participar de los actos de hoy.

"Con mucho respeto al presidente Uribe: ¡que no se equivoque en permitir la base militar en Colombia! Esa base militar norteamericana no es para las Farc, no es para luchar contra el narcotráfico, sino que es para los procesos revolucionarios que se gestan en toda Latinoamérica", dijo a su vez el mandatario de Bolivia, Evo Morales. También fue invitado a Quito el depuesto presidente de Honduras, José Manuel Zelaya.