Corea del Norte amenazó con realizar una nueva prueba nuclear si Estados Unidos sigue mostrando una "actitud hostil" y advirtió de que la imposición de sanciones a gran escala por parte de la ONU equivaldrá a una "declaración de guerra".

La nueva jornada de tensión en el este de Asia comenzó con los rumores sobre un segundo ensayo nuclear difundidos en Japón por la cadena de televisión NHK al registrarse nuevos temblores sísmicos en el nordeste de Corea del Norte.

Los gobiernos nipón y surcoreano desmintieron la noticia, pero no descartaron, como indicó el ministro de Exteriores japonés, Taro Aso, que Corea del Norte pueda estar preparando un nuevo e inminente ensayo nuclear.

Poco después, en unas declaraciones a la agencia japonesa Kyodo, el número dos del régimen norcoreano y presidente del Presidium de la Asamblea Popular Suprema de Corea del Norte, Kim Yong-nam, sugería la posibilidad de más ensayos nucleares.

La realización de futuros ensayos nucleares "está ligada a la política de Estados Unidos hacia nuestro país", aseguró Kim.

"Si Estados Unidos continúa desarrollando una actitud hostil y aplicando diferentes formas de presión sobre nosotros, no tendremos más remedio que adoptar acciones físicas para manejar esta situación", dijo el segundo hombre fuerte de Corea del Norte, tras el propio líder del país, Kim Jong-il.

Kim Yong-nam desafió la posibilidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU imponga sanciones a Corea del Norte y afirmó que su país puede afrontar tales contingencias.

Horas antes, un representante diplomático norcoreano había indicado a la agencia Yonhap en Pekín que la imposición de "sanciones a gran escala" por el consejo de Seguridad de la ONU, con un embargo total y el bloqueo económico, supondría de facto "una declaración de guerra".

Sobre la posible vuelta de Corea del Norte a las conversaciones multilaterales sobre su programa nuclear, Kim Yong-nam explicó que antes Estados Unidos deberá retirar sus sanciones a varias instituciones financieras relacionadas con la cúpula norcoreana y que son acusadas de lavado de dinero y falsificación de dólares.

El retorno al diálogo nuclear con Corea del Sur, Estados Unidos, Japón, China y Rusia "depende también de la actitud de Washington", pues "no podemos atender a las conversaciones mientras nos sigan impuestas diversas sanciones, incluidas las financieras", añadió.

Corea del Norte boicotea las conversaciones a seis bandas desde noviembre de 2005 y exige para su reanudación el fin de las sanciones económicas impuestas por la Casa Blanca hace un año.

Kim Yong-nam restó importancia a las amenazas de Japón de imponer sus propias sanciones económicas por la realización de la prueba atómica del lunes.

"Hemos vivido sin la ayuda japonesa hasta ahora y seguiremos haciéndolo", dijo Kim.