Los hay de todos los tamaños, colores y texturas. Además de sostener los pechos de las mujeres, los corpiños se han convertido hoy en día en objeto erótico de seducción y, por lo tanto, de consumo. Las reglas de la moda han establecido que los pechos femeninos, cuánto más grandes y erguidos, mejor. Y esto se ha visto reflejado en el diseño de estas prendas que con los años fueron incorporando desde aros de metal hasta una especie de almohadoncitos que incrementan la masa glandular en dos o tres talles. Y si el tamaño se ha pasado de lo “permitido”, los corpiños reductores harán magia en esa zona, reduciendo y controlando el exceso.
Pero, ¿producen algún tipo de consecuencia en la salud de las mujeres? Un email que circula por estos días en las casillas de correo de las rosarinas señala que podrían generar cáncer de mama. Un médico mexicano es el supuesto autor de una presentación de power point dedicada al tema que se difunde vía internet. Allí se explica que un estudio estadounidense titulado "Bra and Brest Cancer" arrojó que la mayoría de las mujeres con cáncer que participaron del mismo usaban corpiño más de doce horas diarias y que su utilización en forma apretada cierra las vías del pecho a los nódulos linfáticos produciendo acumulación de líquidos, blandura en el tejido y la formación de quistes.
Consultado por Rosario3.com al respecto, el ginecólogo Carlos Capitain Funes fue categórico: “No está probado que el uso del corpiño incida en un cuadro de cáncer". De todos modos aclaró que "hay estudios que lo sostienen, incluso existen algunos que han demostrado que la alimentación basura vuelve propensas a las mujeres a esta patología”.
“Los corpiños que comprimen el busto son antinaturales”, sentenció. “Los que vienen con aros dejan marcas y provocan dolor. Yo desaconsejo su uso. Tampoco es bueno para las mujeres mayores usarlos tan apretados, hay algunas pacientes que vienen hasta con sangrados en la piel de la presión que soportan”, detalló el profesional.
Por su parte, la especialista Elda Cerrano coincidió en que la vinculación del corpiño y el cáncer no está probada y habló sobre su experiencia en clínica: “Les aconsejo a las mujeres que usen corpiños que no les apreten las mamas. Además, un corpiño no vuelve más grande o más parado un seno. Aunque lo use toda la noche, existe una forma del pecho”.
Capitain Funes alertó a “dejar a los pechos tener contacto con la naturaleza” y advirtió: “Para dormir hay que quitar el sostén. El corpiño rodea y comprime la glándula y aunque tampoco tiene rigor científico es posible que la presión durante muchas horas en la mama puede complicar la circulación linfática, es decir, impedir la liberación de lo que el cuerpo no necesita y debe expulsar por los ganglios linfáticos ubicados en la zona”.
Cerrano, por su parte, manifestó: “El corpiño no provoca ningún daño grave pero es aconsejable dormir sin él. Es parte de la libertad que el cuerpo se merece”, señaló. “Está bien que la mujer siga la moda y quiera verse bien pero no a costa de sentir dolor. El uso del corpiño está cuestionado cuando se lo lleva muy apretado, por eso los reductores son poco indicados”, agregó.