El día después de la revuelta popular en la que pobladores incendiaron el edificio de los Tribunales y el automóvil de un juez, indignados por la muerte de una nena de 3 años golpeada y abusada sexualmente, no reinaba justamente la calma en la localidad cordobesa de Corral de Bustos.

Pese a la llegada de altos funcionarios de la Justicia cordobesa, el malestar seguía siendo un factor común entre los habitantes de esta localidad ubicada casi en el límite con la provincia de Santa Fe.

“La indignación de la gente no sólo fue por la muerte de la nenita, sino que ello sólo rebalsó el vaso de una serie de falencias policiales y judiciales en nuestra población”, decían algunos vecinos, que entienden que “la muerte de la nena se pudo haber evitado si los jueces hubieren intervenido cuando la abuela de la pequeña denunciaba que era maltratada”.

La pueblada de ayer derivó en serios enfrentamientos con los efectivos policiales, que se vieron desbordados por la furia de la gente, que prendió fuego y destruyó la sede judicial de la ciudad, ubicada frente a la plaza principal, a metros del casino que conocen de memoria muchos rosarinos.

Tres personas fueron detenidas y trasladadas a la unidad carcelaria de Villa María, en tanto la jefe de policía del lugar, comisario Viviana Gramajo, fue internada anoche en el Policlínico Policial de la Capital cordobesa, afectada por el impacto de un proyectil en su garganta.

En las últimas horas de ayer se hizo presente en Corral de Bustos el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Luis Rubio, quien se reunió con una comisión de vecinos, que le entregaron un petitorio.

Se dispuso además crear una unidad judicial de emergencia para la continuidad de la administración de justicia, y se esperaba la llegada del jefe de la Policía Judicial, Jorge Jofré.