A 24 horas de haber entrado en vigencia la nueva modalidad de vigilancia –acordada por el Ministerio de Gobierno de la provincia, la Policía y la Municipalidad– para dar más seguridad a los taxistas, comenzaron a escucharse algunas protestas.

Provienen de la Unión de usuarios y consumidores de servicios públicos que integran representantes de 40 asociaciones vecinales de Rosario. “El problema –dice Ariel Pérez, presidente de la Unión– es que en la reunión de ayer en la Aduana donde se anunció el operativo no estaban los vecinos de Rosario”. El cuestionamiento apunta a que no se consultó a los usuarios habituales de los servicios públicos (entre ellos, los taxis) para saber si estaban o no de acuerdo con el operativo que destaca mayor presencia policial en algunas calles y en forma paralela, deja sin cobertura otras zonas de la ciudad.

“¿Y si un vecino de los barrios Siete de Septiembre, de Emaús o del Fonavi de Circunvalación y Mendoza quiere tomar un taxi para llegar hasta su casa, cómo va a hacer de ahora en más? –se pregunta Pérez–. Como quedaron fuera de la zona protegida, los taxistas no entrarán a esos barrios, es decir que los corredores seguros para los taxistas se crearon a costa de la inseguridad del resto de la gente”, afirma.

“Todavía no está probado que la modalidad resulte útil para disminuir el riesgo que corren los taxistas en la calle, afirmaron los vecinalistas reunidos, pero lo que sí queda claro es que se ha privilegiado la seguridad de los tacheros y se ha descuidado la de los usuarios”.