La peculiaridad del partido inaugural de los Mundiales ha hecho trizas, en muchas ocasiones, los pronósticos y ha frustrado las expectativas de los favoritos, una situación que alimenta las esperanzas de Costa Rica y amenaza a Alemania, protagonistas del duelo de apertura del Mundial 2006. La presión que genera la inusitada expectación de un evento como un Campeonato del Mundo suele condicionar la actuación de las grandes potencias que históricamente han asumido la condición de inaugurales. Suele ser un choque peculiar. Carente de gran juego y lleno de incertidumbre. Con los equipos recién salidos de la preparación. Todavía fríos y distantes de la competición. No hay que mirar muy atrás para encontrar referencias. En el último Mundial, el de Corea y Japón 2002, Francia, campeona del mundo entonces, asumió el estreno con Senegal como rival. No había color en la teoría. Y el conjunto de Zinedine Zidane, Patrick Vieira, Thierry Henry y compañía partía como gran favorita. Pero el cuadro africano, después una de las revelaciones del torneo, venció por 1-0 a los galos gracias a un tanto de Bouba Diop a la media hora de partido. Los Leones de la Teranga llegaron a cuartos de final. Francia no superó la primera fase. Aunque la sorpresa no saltó en Estados Unidos 94, donde Alemania ganó, aunque con apuros y un gol del hoy seleccionador Juergen Klinsmann a Bolivia, sí se mantuvo la tradición en Italia 1990. Otro equipo africano, Camerún, impidió la victoria del campeón, Argentina, que se estrelló en San Siro por culpa de un gol de Omam Biyick ante la sorpresa del mundo. En México 1986 el búlgaro Nasko Sirakov frustró la fiesta de Italia, vencedora cuatro años antes. El delantero logró el gol del empate en los últimos minutos del partido jugado en el estadio Azteca. Igual que cuatro años antes, en España 1982, cuando otra vez Argentina, donde asomaba Diego Armando Maradona, fue sorprendida por Bélgica, que ganó gracias al tanto de Erwin Vandenbergh. En 1978 Polonia salió indemne del encuentro inaugural frente a Alemania Occidental, campeona en el 74. El choque terminó con empate a cero del estadio Monumental de Buenos Aires pese al historial y al equipo con el que contaba el conjunto germano. Ahora, en el Mundial 2006 Costa Rica tiene argumentos para la esperanza y el conjunto anfitrión para la precaución. No es un equipo que resuelva con facilidad los compromisos teóricamente accesibles el bloque germano, sorprendidos a lo largo de la historia mundialista por conjuntos inicialmente pertenecientes a un rango inferior (Argelia 1982, Dinamarca 1986 o Alemania Oriental 1974).