En el marco de la celebración del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, que se recuerda cada 25 de noviembre, desde el Área de la Mujer de la Secretaría de Promoción Social remarcaron el crecimiento del número de mujeres que advierten maltratos psíquicos por parte de sus parejas, alejándose de la idea instalada de que la violencia pasa sólo por lo físico. En lo que va del año (hasta el 31 de octubre), el Teléfono Verde (0800 4440420, de lunes a viernes de 8 a 19) recibió 3.122 llamadas mientras que en todo 2006 fueron 2.695. 

Un dato a resaltar es que la violencia de género se denuncia cada vez más en la etapa del noviazgo. “Recibimos unas cuatro consultas por semanas de chicas de entre 15 y 23 años que afirman vivir noviazgos violentos”, expuso a Rosario3.com Mariana Alonso, coordinadora de este espacio municipal. Esta etapa que habitualmente se relaciona al romanticismo, la sensualidad y la perfecta armonía de los corazones tiene su costado violento.

Según manifestó Alonso, los síntomas que las chicas describen son los celos enfermizos, que se traduce en la imposibilidad de salir con amigas, usar ropas ajustadas o polleras cortas y los impedimentos para estudiar, castigos impuestos por parte de esos chicos con quienes soñaron enamorarse y compartir tantas cosas. “Estos varones ejercen un excesivo control sobre las mujeres y, si la relación terminó, muchas veces se presenta un verdadero acoso”, destacó. “Muchas de las chicas también denuncian ser víctimas de relaciones sexuales no consentidas bajo una enorme presión”, añadió.

A pesar de que en la mayoría de los casos se registra violencia psicológica y emotiva, tampoco faltan los casos en que las adolescentes reciben malos tratos, incluso, golpes reiterados. “En esta etapa de la adolescencia, muchas veces, se confunde la manipulación emocional con expresiones de amor y consideración por lo que se hace más difícil visualizar las relaciones de dominación”, remarcaron desde el Área de la Mujer que, a modo de prevención, realiza un trabajo en positivo, es decir, sensibilizando a las niñas y adolescentes de sus derechos a elegir, a circular y a estudiar, entre otras cosas, a través de talleres de educación sexual y reproductiva en escuelas, dispositivos grupales en los distritos municipales y acompañamiento a madres adolescentes.