La respuesta al pedido del gobernador Hermes Binner para que el gobierno nacional tenga “grandeza” y convoque al diálogo estuvo lejos -muy lejos- de hacer cambiar la estrategia de los Kirchner. En un acto realizado este jueves a la tarde en La Matanza, Buenos Aires, la presidenta Cristina Fernández criticó duro al sector agropecuario a quienes les dirigió una frase: “La avaricia es uno de los pecados que Dios más castiga”.

La presidenta encabezó un acto en donde se habilitó una red de agua potable para esa población bonaerense y en ese marco se preguntó qué sector de la economía, qué fábrica puede estar parada 90 días como lo hace el sector agropecuario -de paro desde el 11 de marzo cuando se decretó el nuevo esquema de retenciones móviles-. "Sólo quienes acumularon mucha riqueza", se respondió.

En ese tono subió la apuesta, calificó de avaros a quienes encabezan la protesta del campo y aseguró que ese pecado “congela el corazón de los ricos y no le deja ver el sufrimiento de los pobres”.

“Voy a gobernar para todos los argentinos y en nombre de todos los argentinos pero quiero que sepan que mi opción siempre va a ser por los más pobres, por los que más necesitan”, agregó después, para cerrar con un llamado a estar “todos unidos, juntos para derrotar la pobreza, el hambre”.

Antes de Cristina, fue el gobernador de Buenos Aires Daniel Scioli, quien se mostró muy enérgico en su discurso. Y, a días del escrache que realizaron al avión que utilizó su mujer Karina Rabolini para viajar a Venado Tuerto, pidió a los productores agropecuarios que se bajen de la ruta y enfatizó: “Con la comida no se jode”.