Equilibrio y solidaridad. Por eso abogó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en un acto de inauguración de viviendas en el partido de Quilmes. Y aprovechó para pegarle por elevación a los ruralistas, en plena disputa por las facultades delegadas: “No pedimos que abandonen suis lujos, sus mansiones, sino que contribuyan a que todos tengamos los derechos básicos”, remarcó.

Durante la ceremonia, que se desarrolló en la sede del jardín de infantes número 963 del barrio Esperanza Grande, se inauguraron viviendas, pavimentación de calles y el mismo jardín, y contó con la presencia del gobernador bonaerense, Daniel Scioli, del intendente de Quilmes, Francisco Gutiérrez y otras autoridades.

Allí, la presidente reiteró que “el problema no es la pobreza sino la inequidad en la distribución. Argentina tiene mucha riqueza; lo que hay hacer, además de seguir generando más riqueza e inversiones, es distribuir mejor lo que producimos".

Además, Cristina rremarcó la necesidad de construir una "sociedad equilibrada y solidaria", en la que "los que más tenemos le tendemos la mano a los que menos tienen a partir del pago de impuestos, de no tener dinero en negro, para que todo tribute y el Estado tenga más recursos que lleguen a ustedes".

En ese sentido, dijo que "no estamos pidiéndole a alguien que abandone sus lujos, sus aviones, sus mansiones, sino simplemente que con una partecita contribuyan a que todos podamos tener los derechos básicos". Consideró asimismo "imprescindible" retener "con oportunidades" a la gente "en sus lugares de origen para tener un país más armónico".

Finalmente, en paralelo con el nombre del barrio donde se desarrolló el acto, la jefa de Estado habló de "la esperanza de un país más justo, de una sociedad más equitativa, de que alguna vez aquellos que han sido beneficiados en el reparto de los dones comprendan la necesidad de tender una mano soldiaria a los sectores más vulnerables", culminó.

Fuente: Télam.