Con el objetivo de llevar adelante la firma de numerosos acuerdos bilaterales, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegó a Cuba. La llegada de la primer mandataria argentina es la primera en veintitrés años. Durante la visita no se entrevistará con la médica disidente, Hilda Molina, "ningún presidente se reune con los disidentes cuando viene en visita oficial", planteó un ministro argentino.
La explicación protocolar sobre la negativa a recibir a Molina es ésa, y en la delegación se aferran a la situación que provocó en 2002 el entonces presidente de México, Vicente Fox, cuando, de visita en Cuba, decidió recibir a los grupos disidentes y le valió un fuerte malestar del gobierno de Fidel Castro.
Pero en el gobierno argentino hablar de ella es una complicación que no quieren asumir según La Nación. En ese marco, la negociación seguirá abierta por los canales diplomáticos. Siempre bajo un halo de misterio. La llegada de la Presidenta supone un cambio de estrategia en la gestión: sin presiones, sostienen fuentes oficiales, podrá conseguir algún día el permiso para que Hilda Molina viaje a Buenos Aires a conocer a sus dos nietos.
La médica cubana dejó el 16 de diciembre pasado una nota en la embajada argentina con un pedido para reunirse con la Presidenta. Los días previos a la llegada de la jefa del Estado ya se mostraba escéptica. Pero insistirá en reclamarle a Cristina Kirchner que plantee su situación en el encuentro a solas que mantendrá con Raúl Castro. A pesar de que el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner fue el único que escuchó sus pedidos en los 15 años que la mujer lleva reclamando, la jefa del Estado se muestra dispuesta a evitar la confrontación con Cuba. Pesa sobre ella el recuerdo de la carta que le dejó su marido a Fidel Castro cuando visitó Córdoba, poco antes de dejar el poder, que provocó que las relaciones bilaterales se enfriaran.
"Este viaje es una reactualización de la relación", definió el canciller Jorge Taiana cuando la prensa lo descubrió saliendo del mítico bar La Bodeguita del Medio, después de un almuerzo distendido que compartió con la ministra de Salud, Graciela Ocaña, y su par de Ciencia, Lino Barañao.
Las actividades en Cuba
Cristina llegó a Cuba acompañada por el canciller Jorge Taiana y los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido; y de Salud, Graciela Ocaña: y los senadores nacionales Miguel Angel Pichetto y Daniel Filmus y los diputados Ariel Basteiro y Jorge Obeid.
La actividad oficial de la presidenta a Cuba comenzará a las 10.15 (13.15 hora de Buenos Aires) visite el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, principal polo científico del país, donde se mostrará el proceso de producción de la vacuna contra la hepatitis B, entre otras.
Luego, la mandataria participará de una ceremonia en la que se colocará una ofrenda floral ante el monumento al héroe nacional, José Martí, emplazado en la Plaza de la Revolución y visitará el museo en memoria del emblemático poeta cubano.
Las expectativas de la visita de la Presidenta están centradas en la reunión que mantendrá con Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, donde se firmarán cerca de 10 acuerdos bilaterales en diferentes áreas específicas.
Según trascendió, entre los acuerdos que suscribirán ambos gobiernos se encuentra un convenio de cooperación agropecuaria en pesca y alimentos que apunta a la reconversión agrícola de tierras cubanas.
Otro de los convenios está vinculado al uso racional y eficiente de de la energía y de las energías renovables, que recientemente se materializó en la compra de lamparitas cubanas en el marco del plan de ahorro energético. También, se firmará un importante acuerdo de cooperación científico-técnica.
Tras la firma de esos acuerdos, Castro, presidente de los Consejos de Estados y de Ministros de Cuba, ofrecerá una cena de honor a la Presidenta argentina, en el salón del Vitral del histórico Palacio de la Revolución.
Fuente: Télam


