Lejos de buscar calmar las aguas de la polémica generada por la exposición de una torta comestible con la imagen de Cristo, obra artístico-culinaria que algunos funcionarios del gobierno porteño degustaron y luego se disculparon, los autores rosarinos del trabajo salieron a defenderse y a criticar la “hipocresía” en torno al tema.

Emiliano Paolini (Pool) y Rita Marianela Perelli, que firman sus obras como Pool&Marianela, emitieron un comunicado donde aclaran: “No somos delincuentes ni hipócritas, somos artistas”, después de que muchos hablaran de “blasfemia” sobre la presentación pero sobre todo, de la actitud del secretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, que probó una porción ante los presentes.

“En torno a la «polémica» que se originó por la «Jesús Cake» de la obra Kidstianism pudimos observar que no sólo existió un debate reiterado, histórico y hasta «obligado» entre arte y religión sino que, además, el tema alcanzó niveles insospechadamente más profundos”, sostiene la pareja en el encabezado.

El texto advierte por un “marcado desamparo por parte del «mundo del arte» argentino” hacia ellos ante los ataques y “una falta de compromiso de los políticos de turno” en relación al concepto “libertad de expresión”.

Cuestionaron, puntualmente, que “el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y varios de sus funcionarios salieron a pedir disculpas y a expresar voluntad de reparación en torno a una performance artística ajena a ellos”.

En ese sentido, consideraron que “pedir disculpas sin siquiera comprender” las vicisitudes de la obra “es indignante” y agregaron que “el arte no tiene por qué mostrar arrepentimiento”.

“Ni con León Ferrari sucedió”, compararon sobre otro artista polémico e ironizaron: “Solicitamos que para protección de los muchos artistas que hoy estamos desarrollando iconografía religiosa en argentina se establezca, a partir de normas lógicas y justificadas, la ilegalidad de toda expresión artística religiosa en cualquier espacio público nacional”.

Paolini y Perelli son pareja y viven en Rosario. Su última exposición, una torta con forma –en tamaño real– del cuerpo de Jesús, obligó al secretario de Cultura porteño Enrique Avogadro a pedir disculpas porque se comió una tajada. La Red Federal de Familias de Buenos Aires llegó a pedir su destitución al entenderlo como una blasfemia. Además de la disculpas del funcionario, hasta el propio jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, pidió perdón a la Iglesia a través de una carta al arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli.