Los enamorados chinos recuerdan este miércoles, séptimo día del séptimo mes en su calendario lunar, una fábula que se remonta a la época de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), cuyo hilo conductor es el amor imposible entre un granjero y un hada.

Aunque actualmente los chinos celebran, cada vez más, el tradicional día de San Valentín el 14 de febrero, en algunas regiones chinas aún conservan costumbres que recuerdan la leyenda de "QiXi" o el "Día chino del amor"

En el sur del país, en la provincia de Shangdong, las mujeres jóvenes realizan ofrendas de frutas y flores para pedir una mente lúcida y, según la tradición, si una araña aparece sobre esas donaciones significa que el hada les envía suerte.

En otras provincias, hoy se reúnen siete amigos para cocinar "bao zi", bollos rellenos, y esconden en su interior una aguja, una moneda y una fecha escrita con tinta roja que representan buenas habilidades, buena fortuna y un matrimonio futuro, respectivamente.

En la ciudad de Xian, capital de la provincia central de Shaanxi, hoy se representarán 77 piezas teatrales en las que el séptimo día del séptimo mes del calendario lunar es el protagonista, y además 77 parejas participarán conjuntamente en un ceremonia de boda.

También, en el día de hoy, muchos jóvenes acudieron al Buró de Asuntos Civiles de Pekín para solicitar una fecha para su boda, según publicó el diario China Daily.

La leyenda en la que se basan las fiestas aparece por primera vez durante la Dinastía Han (siglos II a.C-III d.C.) y existen documentos históricos que mencionan la historia de "Qixi" durante las dinastías Jin (371-420), Tang (618-907), Song (960-1279) y Yuan (1279-1368).

La fábula conocida con el nombre de "QiXi", que significa "La noche de los sietes", describe la relación amorosa entre un mortal y un hada que se conocen casualmente cuando el granjero, "Niulang", sorprende al hada, "Zhinu", bañándose desnuda en un lago y deciden casarse.

"La Diosa de los Cielos" descubre este matrimonio y lo rechaza porque es un amor utópico y separa a los amantes para siempre enviándolos al cielo en forma de dos estrellas, Vega y Altair, que están separadas por la Vía Láctea.

Una vez al año, todas las urracas del mundo se reúnen y forman un puente que atraviesa la Vía Láctea y permite que los dos enamorados se reúnan, aunque si hoy llueve, los ancianos dirán que son las lágrimas del granjero, Niulang, y del hada, Zhinu, que no han podido verse el único día que los dioses se lo permiten.

Fuente: EFE