En el marco de las actividades planificadas para la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, en la Sede de UNESCO en París, la doctora Lalage Bown, quien ha pasado más de 30 años de su carrera trabajando en educación de adultos y autonomía de la mujer brindará una conferencia sobre “Alfabetización y empoderamiento”.

La doctora Bown brindó una primicia de su conferencia, mientras aseguró que “lo que se necesita es un movimiento internacional comprometido con la alfabetización”.

Gran parte de su carrera ha transcurrido en África, donde desempeñó una función importante en la creación y ampliación de programas de educación de adultos en universidades de Ghana, Uganda y Nigeria.

La Dra. Bown explicó por qué le debe a su madre, el rumbo singular que tomó su vida: “A mi madre le permitieron asistir a la escuela hasta los 17 años de edad, lo que en su época se consideraba una medida muy avanzada.

Cuando mi padre le propuso matrimonio, ella le dijo que únicamente se casaría si él aceptaba que las hijas que eventualmente tendrían dispusieran de las mismas oportunidades que los hijos varones. El futuro les deparó dos niñas, de manera que mi padre no tuvo más remedio que cumplir su promesa”, afirma.

“Tuve el privilegio de cursar estudios de historia en Oxford, donde era una de las 600 mujeres que había entre un total de 6000 alumnos varones. Cuando terminé los estudios había adquirido un sentimiento de responsabilidad. Tenía varias ofertas para desempeñar puestos administrativos, pero quería servir a los demás. Cuando vi que muchas de la colonias del imperio obtenían la independencia, decidí trasladarme a ellas y brindarles ayuda”.

Fue en África donde vio de cerca los efectos del analfabetismo y comenzó a estudiar las repercusiones del aprendizaje de la lectura y la escritura sobre la vida de las mujeres adultas.

“Nunca olvidaré lo que me dijo una mujer de Mozambique: ‘Cuando una no sabe leer y escribir, siempre tiene miedo’, y es verdad. ¿Cómo puedes encontrar el camino para llegar a la clínica? ¿Cómo vas a leer la información sobre el medicamento?”

“Me quedé con la honda convicción de que aun la más sencilla adquisición de competencias en lectura y escritura puede tener un gran efecto emancipador en términos personales, sociales y políticos. En lo que respecta a las mujeres, se produce un cambio considerable en su autoestima y su confianza”.

Pero la Dra. Bown no está totalmente de acuerdo con las estrategias de desarrollo más frecuentes: “Actualmente la alfabetización femenina está siempre ligada a la mejora del nivel de vida familiar y de los niños, y a los índices de salud, lo que tiene suma importancia; pero la alfabetización también es importante para el desarrollo personal de la mujer y su participación en la sociedad, independientemente de la familia”, afirmó.

En los años de 1990 empezó a compilar en un informe sus experiencias acerca de las repercusiones de la alfabetización sobre las mujeres: “Me sorprendí mucho al descubrir que no se habían hecho investigaciones sobre el tema. Creo que eso se debe a que cuando pensamos en alfabetización solemos pensar en escuelas y en niños. Por supuesto que cada uno de nosotros, sea hombre o mujer, tiene derecho a la alfabetización, pero sigue siendo un hecho que en la mayoría de las sociedades, aun cuando los hombres no tienen acceso al aprendizaje de la lectura y la escritura, sí tienen acceso a lo que yo denomino las palancas del poder, por ejemplo, los consejos de aldea en los que se adoptan las decisiones. El problema es que las mujeres no tienen acceso”.

“Nadie duda nunca de que cuando manda a sus hijos a la escuela, el maestro que los educará habrá recibido una formación docente. En cambio, cuando se trata de la educación de adultos, cualquier voluntario podrá cumplir esa función”, afirma. “Tengo la convicción de que cuando una persona desea verdaderamente aprender a leer, lo logrará incluso si el maestro es incompetente, pero el resultado sería muy superior si pudiéramos disponer de docentes capacitados”.

La Dra. Bown cree además que la clave de la erradicación del analfabetismo está en la voluntad política: “Lo mismo si se trata de una región que de una provincia, se necesita una firme voluntad política para cambiar los niveles de alfabetización. De hecho, aunque quizá sea una idea utópica, lo que se necesita es un movimiento internacional comprometido con la alfabetización. Los países que han logrado mejorar los índices de alfabetización, como Cuba, Bangladesh y Etiopía, han demostrado lo que se puede lograr cuando hay un interés político. Yo fui testigo presencial de cómo en Tanzania Julius Nyerere logró cambios reales para su pueblo en la esfera de la educación. Fue por eso que le llamaban mwalimu que quiere decir “maestro”, en vez darle el tratamiento de “excelencia”.

Además de los gobiernos, otras instituciones más pequeñas de base comunitaria pueden ser sumamente eficaces.

“En África, la Iglesia Bautista ha realizado contribuciones importantes a la alfabetización y en Pakistán me fascinó cómo algunas de las mejores tareas de alfabetización las realiza el movimiento de niñas exploradoras [girl scouts], dirigido principalmente por mujeres pakistaníes que han recibido buena formación y están dotadas de un gran sentido de responsabilidad hacia las demás mujeres que no tuvieron la misma oportunidad de instruirse”.

A pesar de la importancia de Internet, la Dra. Bown cree que la palabra impresa sigue siendo un medio decisivo y barato de preservar y compartir el conocimiento, aunque aún persisten problemas en lo relativo al material que se usa en la alfabetización.

“En Pakístán todas las voces y todos los agentes que figuran en los materiales didácticos son masculinos”, afirma.

En cuanto a las grandes organizaciones como la UNESCO, la Dra. Bown opina que debe lograrse un compromiso firme para financiar los programas de alfabetización. “Cuando veo que a la alfabetización se le destinan fondos secundarios, constato que no se le considera una prioridad esencial”, señala. “También existe el riesgo de que prevalezca lo que yo llamo “mentalidad del Banco Mundial”, que significa que los costos y la gestión llegan a ser más importantes que las personas necesitadas de ayuda”.

Fuente: UNESCO