Una investigación realizada conjuntamente por científicos argentinos y brasileros muestra cómo una conocida señal química del cerebro, la dopamina, controla un mecanismo básico cerebral que determina si un recuerdo durará pocas horas o lo hará por semanas.

La investigación, publicada en la Revista Science y firmada por los doctores Janine Rossato y Lía Bevilaqua (Brasil), Iván Izquierdo (argentino-brasileño) y Jorge Medina y Martín Cammarota (argentinos) no apunta a cambiar el contenido de los recuerdos, sino a hacerlos duraderos.

Los expertos destacaron que en general, la gente tiene memoria desde los 2-4 años dependiendo de muchos factores.

Esos recuerdos en un niño puede durar toda la vida o pocos segundos y sería muy difícil indagar sobre cuáles persisten más tiempo, si los recuerdos de momentos lindos o feos, de alegría, tristeza o miedo, aunque estos últimos marcan la vida de una persona a tal punto que hacen pensar que son imágenes inmortales.

Esto es así porque la dopamina activa señales celulares en una región del cerebro llamada hipocampo, que junto a otras regiones del sistema nervioso se encarga de la formación de las memorias en las primeras horas luego del aprendizaje o de vivir una experiencia.

El sistema dopaminérgico que llega al hipocampo es el que controla la fase que se requiere para que una memoria no se olvide rápidamente. La traza de memoria se fortalece y permanece mucho más tiempo.

"Si lo que uno aprende o experimenta es `importante` o novedoso para uno, o cree que lo es, la dopamina se pone en juego y activa al hipocampo para que guarde mejor esa memoria. Si lo que uno aprende o experimenta no es novedoso o carece de importancia, la dopamina no activa al hipocampo y el recuerdo se desvanece", explicó el doctor Jorge Medina, investigador del Conicet e integrante del equipo.

El trabajo publicado en Science muestra cómo se puede controlar la duración de un recuerdo.

Su antecedente inmediato se mostró en estudios publicados en el 2007 y 2008 por el laboratorio del doctor Medina en la Facultad de Medicina de la UBA, en los cuales un joven científico e investigador del Conicet, Pedro Bekinschtein, había demostrado la existencia de una nueva fase de la memoria, la "fase de persistencia", que es clave para hacer que los recuerdos duren mas allá de una decena de horas.

Estas investigaciones tienen impacto en diversas ramas de la psiquiatría, la neurología y la psicología, y claramente en la vida cotidiana.

Los ejemplos más claros en los que se pueden aplicar estos conocimientos son enfermedades como el Alzeihmer, o el mismo proceso natural del envejecimiento.

O tal vez, siempre que se tengan en cuenta los aspectos éticos para no caer en la manipulación de la memoria, hacer que una memoria que moleste o de miedo dure menos o que persista y, lo que es mejor, que un recuerdo agradable dure más



Fuente: CONICET