Los boxeadores cubanos Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara, que habían desertado de la delegación isleña durante los Juegos Panamericanos y fueron luego detenidos en Brasil, llegaron este domingo a La Habana, pero no serán arrestados, según lo anunció Fidel Castro.

Los deportistas arribaron a la capital cubana esta mañana y, según un informe de la televisión estatal que citó la agencia DPA, fueron trasladados a una casa de visitas. "Ambos púgiles desaparecidos se han trasladado provisionalmente a una casa de visita donde tienen acceso sus familiares", explicó el informe.

"No los esperan arrestos de ningún tipo ni mucho menos métodos como los que usa el Gobierno de Estados Unidos en Abu Ghraib y Guantánamo, jamás utilizados" en Cuba, afirmó Castro.

"Se les trasladará provisionalmente a una casa de visita y se les brindará acceso a sus familiares. La prensa también podrá contactarlos si ellos desean hacerlo", agregó  el mandatario.

Los dos deportistas fueron arrestados el jueves, en una zona de playas a 100 kilómetros de Río, tras haber abandonado la delegación ciubana que participaba de los XV Panamericanos poco antes de sus respectivas peleas de eliminatorias.

En otra de las "Reflexiones del Comandante en Jefe", la serie que Castro viene publicando desde marzo, el mandatario adelantó que a Lara y Rigondeaux "les ofrecerán tareas decorosas y en favor del deporte de acuerdo con sus conocimientos y experiencia". "Esto lo escribo rápido y un poco tarde. Debo hacerlo debido al fuerte acento con que analicé el tema. La noticia además no es desalentadora", expresó.

"Los cables anunciaron que los dos boxeadores que desertaron en Río de Janeiro habían sido localizados y detenidos por las autoridades en una playa cercana a esa ciudad. Recuerden que se les daba por desaparecidos. Carecían de documentación", subrayó Castro.

Atribuyó además las versiones sobre un supuesto viaje a Turquía de los dos boxeadores a una especulación "evidentemente lanzada por la mafia como maniobra de engaño".

Castro apeló luego a terminología del beisbol para advertir que "hasta un miembro del parlamento alemán trató de batear jonrón con la pelota de trapo" y lamentó que "la empresa que había invertido más de 2 millones de dólares en el grotesco negocio, hablaba de los ’derechos humanos’ de los familiares de los atletas".

"¿Qué dirán las Naciones Unidas de esta desleal competencia? Aquí es donde el deporte y la política se mezclan, en busca de soluciones correctas y de principios, por encima de aficiones y amarguras", afirmó la nota, reproducida por la Agencia de Informaciones Nacionales (AIN).

Fuente: Télam