Los últimos días de Carlos Reutemann de su segunda gestión como gobernador dejaron un escándalo picando: la designación arbitraria de jueces comunales que su mayor mérito era ser amigo o masajista del actual senador nacional. Ese tipo de designaciones, se dijo entonces, no es ilegal puesto que para ocupar esos cargos alcanza con ser argentino mayor de 26 años.

Aquel ejemplo de cómo surgen los nombres de los ex jueces de paz, una figura vital para solucionar conflictos menores en las localidades de la provincia, tiene ahora mayor dimensión tras un relevamiento que realizó el diputado socialista Raúl Lamberto. 

De los 182 magistrados, hay 12 que sólo terminaron la escuela primaria, 63 el secundario, 13 con capacitación en institutos terciarios, 26 con títulos universitarios, de los cuales 22 son abogados. Los datos pertenecen a la zona norte de la provincia ya que en la zona sur del territorio el trabajo no contó con toda la información necesaria.

“Estamos frente a un sistema anárquico”, señaló Lamberto a Canal 3, y luego agregó: “Debería hacerse un mapa judicial de toda la provincia y a partir de ahí establecer cómo deberían ser las formas de selección de quien debe impartir justicia en Santa Fe”.