¿Dónde quedaba? Esa fue, aparentemente, la pregunta que rondó durante horas a una madre que había dejado a su hijo de 6 años en un cíber con una hora paga y al que recién lo encontró, cuatro horas después, en la comisaría 2ª, adonde había sido llevado por el dueño del local.

La mujer, de 40 años, dejó al chico en el cíber de 3 de Febrero al 2000. Eran cerca de las 18 y le pagó una hora, es decir que a las 19 tenía previsto ir a buscarlo. Pero llegaron las 20, las 21, las 22 y las 23. Y nada. La mujer no había aparecido.

El dueño del cíber ya quería cerrar y no sabía qué hacer. El chico se había dormido, lo cual, de alguna manera, era un alivio: al menos no vivía la situación con angustia. El comerciante llamó a la comisaría 2ª y un patrullero fue a buscar al menor.

La mujer apareció a la 1 de la mañana en la seccional y dio la explicación: se había olvidado en qué cíber lo había dejado.  Un consejo para la próxima: anotar la dirección.