No podía creerlo, aunque quizás se pellizcó para despertarse de lo que parecía una pesadilla. Su auto, el que había dejado estacionado anoche en la vereda, este miércoles temprano, era un hierro retorcido y caliente. El coche se había prendido fuego, alcanzado por las llamas que antes habían devorado a un contenedor. No había responsables.

Desde el móvil de Radio 2, el periodista Pablo Procopio describió la escena. En 1º de Mayo al 1000, los restos de un Ford Fiesta terminaban por enfriarse. A la madrugada se había prendido fuego y su dueño, ignorante de la situación, dormía plácidamente en un departamento. “Me iba a trabajar y veo que el auto estaba prendido fuego. Un desastre. No sirve más”, dijo con las manos en la cabeza.

Según relató, entre sueños escuchó un griterío y la sirena de los bomberos pero jamás sospechó que era su auto el que se encendía hasta chamuscarse. “Nunca me lo imaginé. No suelo dejar el auto acá ni tampoco en la calle”, observó a modo de lamento.

¿Pero cómo se prendió fuego el auto? De acuerdo a las primeras hipótesis, un contenedor de basura cercano al vehículo fue incendiado -como ya ha ocurrido en varias ocasiones- y las llamas se propagaron al auto. Los bomberos alcanzaron a apagar el fuego pero los daños en el coche eran irreparables.