El navegante Sebastián Gaboto nació en Venecia. Al servicio de la corona española, arribó al Río de la Plata en el año 1527. Durante lo que duró su travesía, remontó el río Carcarañá y fundó a sus orillas el fuerte "Sancti Spiritu", que fue el primer asentamiento europeo sobre tierras argentinas.

Gaboto exploró los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay. Luego de una rebelión de los indígenas y de la quema del fuerte en , se marchó hacia Brasil y más tarde retornó a España. Su expedición cerró prácticamente el ciclo de exploraciones, dando paso a las expediciones colonizadoras como la que realizó Pedro de Mendoza.

El pueblo de Puerto Gaboto fue fundado en 1891. En sus comienzos tuvo una significativa importancia económica, debido fundamentalmente al puerto de ultramar que había en su costa, junto al cual se instalaron una curtiembre y un saladero.

No obstante el apogeo inicial, el comercio comenzó a decaer en 1930, hasta llegar al abandono y desmantelamiento del muelle en 1945. De los primeros tiempos aún se conservan añosas y lujosas fachadas.

En 1610, el paraguayo Ruy Díaz de Guzmán escribe el poema La Argentina manuscrita, donde incluye un relato sobre el fuerte Sancti Spiritu, planteando una historia de raíz europea.

La leyenda

Una versión popular se mezcla con la historia del fuerte. Se trata del relato que cuenta que Lucía de Miranda, una noble andaluza, se enamora de un soldado llamado Sebastián Hurtado que formaba parte de la expedición de Gaboto y emprende la aventura junto a él.

Según la leyenda, los dos se hallaban en el fuerte "Sancti Spiritu" cuando el cacique de la región, Mangoré, se enamoró de Lucía. Como la joven lo rechazó, los aborígenes destruyeron el fuerte y raptaron a Lucía.

Pero el hermano del cacique, Siripo, también se enamora de la mujer, y mata a Mangoré. Cuando Hurtado intenta rescatar a su amada es tomado prisionero y castigado, hasta que la española intercede por él y logra que lo dejen vivir allí con la promesa de no convivir con ella, que pasa a ser la mujer de Siripo.

Pero con el tiempo Hurtado rompe el pacto, y al ser descubierto por los "indios", éstos los condenan a muerte. A Hurtado lo matan de un mazazo y a ella la queman viva colgada de un árbol.

Nunca se comprobó que en la expedición de Gaboto viajase una mujer, pero sí existen pruebas de la existencia de Sebastián Hurtado en el fuerte.