El gobierno de Nueva Delhi presentó una protesta formal por el arresto en Holanda de doce musulmanes indios por sospechas de que querían hacer estallar un avión en pleno vuelo, un incidente que aquí se considera fruto del racismo.
El embajador holandés en Delhi, Eric Niehe, se disculpó tras ser llamado a consultas por la forma en que sus autoridades manejaron un suceso "desafortunado" que "nunca debió ocurrir", en palabras del responsable de la diplomacia india, Anand Sharma.
El miércoles, un avión de la compañía estadounidense Northwest Airlines, con 149 pasajeros a bordo, volvió al aeropuerto de Amsterdam escoltado por cazas F-16 poco después de haber despegado con destino a Bombay (oeste de la India), ante la conducta sospechosa de doce hombres.
Se trataba de dos cocineros y diez exportadores de ropa, de entre 25 y 35 años, que habían viajado a un festival indio en Trinidad y que, durante el vuelo, manejaron varios teléfonos móviles y ordenadores, y no acataron las órdenes de abrocharse los cinturones.
Portaban ropa que los identificaba como musulmanes (shalwar kameez), hablaban urdu y llevaban barba, por lo que sus familias, la oposición india y muchos comentaristas lanzaron hoy acusaciones de que este incidente fue fruto de prejuicios anti-islámicos.
Tras ser interceptados por dos "marshall" que viajaban en el avión, los doce fueron esposados en el aparato y retenidos en el aeropuerto de Amsterdam durante 30 horas, hasta ser liberados sin cargos, una vez que se descartó cualquier relación terrorista.
El portavoz del Ministerio indio de Asuntos Exteriores, Navtej Sarna, explicó en rueda de prensa que "hemos presentado una protesta sobre la forma en que fue manejado el incidente y el trato dado" a los detenidos, aunque evitó mencionar sus posibles causas.
Sarna consideró que este suceso "no está en conformidad" con las relaciones "amistosas" que existen entre la India y Holanda.
Según Antunius Slotboom, un pasajero holandés del avión, los doce arrestados fueron "tratados como perros, de forma inhumana" y en este mismo sentido se manifestaron sus familiares.
El embajador holandés en Delhi, Eric Niehe, se disculpó tras ser llamado a consultas por la forma en que sus autoridades manejaron un suceso "desafortunado" que "nunca debió ocurrir", en palabras del responsable de la diplomacia india, Anand Sharma.
El miércoles, un avión de la compañía estadounidense Northwest Airlines, con 149 pasajeros a bordo, volvió al aeropuerto de Amsterdam escoltado por cazas F-16 poco después de haber despegado con destino a Bombay (oeste de la India), ante la conducta sospechosa de doce hombres.
Se trataba de dos cocineros y diez exportadores de ropa, de entre 25 y 35 años, que habían viajado a un festival indio en Trinidad y que, durante el vuelo, manejaron varios teléfonos móviles y ordenadores, y no acataron las órdenes de abrocharse los cinturones.
Portaban ropa que los identificaba como musulmanes (shalwar kameez), hablaban urdu y llevaban barba, por lo que sus familias, la oposición india y muchos comentaristas lanzaron hoy acusaciones de que este incidente fue fruto de prejuicios anti-islámicos.
Tras ser interceptados por dos "marshall" que viajaban en el avión, los doce fueron esposados en el aparato y retenidos en el aeropuerto de Amsterdam durante 30 horas, hasta ser liberados sin cargos, una vez que se descartó cualquier relación terrorista.
El portavoz del Ministerio indio de Asuntos Exteriores, Navtej Sarna, explicó en rueda de prensa que "hemos presentado una protesta sobre la forma en que fue manejado el incidente y el trato dado" a los detenidos, aunque evitó mencionar sus posibles causas.
Sarna consideró que este suceso "no está en conformidad" con las relaciones "amistosas" que existen entre la India y Holanda.
Según Antunius Slotboom, un pasajero holandés del avión, los doce arrestados fueron "tratados como perros, de forma inhumana" y en este mismo sentido se manifestaron sus familiares.
