Un novedoso estudio habría dado en la tecla al indagar sobre las razones por las que es tan difícil modificar hábitos alimentarios y explica por qué las personas suelen comer aquello que saben que les hace mal. La respuesta estaría en los genes.

“La mayoría de las personas tienen muchos problemas para modificar sus hábitos alimentarios, incluso siendo conscientes de que es mejor para sus intereses. La razón es que lo que comemos está afectado por nuestras preferencias y nuestra capacidad y habilidad para seguir planes”, explicó Silvia Berciano, una investigadora española que presentó sus resultados en un congreso de nutrición en Chicago.

Se trata de la primera vez que un estudio identifica cómo los genes afectan a las preferencias dietéticas de un grupo de personas sanas, ya que hasta el momento sólo se sabía de la incidencia de los genes en personas con trastornos como la anorexia nerviosa o la bulimia.

Tras analizar a más de 800 hombres y mujeres europeas, se llegó a la conclusión de que una ingesta elevada de chocolate, y también una mayor talla de cintura, se han asociado al gen que expresa los receptores de oxitocina.

A su vez, un gen asociado a la obesidad juega un papel importante en nuestra preferencia por las verduras y los alimentos ricos en fibra, según consignó el sitio Muy Interesante.

Los expertos señalan que este estudio puede abrir la puerta a un nuevo tipo de medicina personalizada, ya que conocer las variantes genéticas que hacen a una persona más propensa a consumir determinados alimentos puede servir para prevenir enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares y cáncer.

“Estos resultados abren paso a una mejor comprensión de los hábitos alimentarios, y permitirá diseñar una dieta personalizada más accesible al individuo, resultando en un mejor cumplimiento y resultados más exitosos”, indicó Berciano.