Investigadores del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, en España (CIPF), han demostrado por primera vez que la neuroinflamación producida por el consumo crónico de alcohol causa alteraciones en la mielina, una sustancia del sistema nervioso responsable de la transmisión de impulsos nerviosos a lo largo de las neuronas.

La pérdida o daño de mielina causa alteraciones como el retraso de los impulsos nerviosos y otras alteraciones asociadas.

Como apunta Consuelo Guerri, investigadora que dirige el Laboratorio de Patología Celular del CIPF: “Por medio de técnicas de neuroimagen se había demostrado ya que existían alteraciones importantes de la mielina en alcohólicos, relacionadas con su consumo crónico, y que afectaban a la parte conductual; pero faltaba saber qué mecanismo estaba detrás de estas alteraciones y si la neuroinflamación participaba en él”.

Para llevar a cabo su trabajo, los investigadores utilizaron modelos animales a los que se suministró durante cinco meses un 10% de alcohol en agua, simulando los niveles comparables a un consumo crónico de alcohol. En los resultados de este proceso experimental, el equipo ha comprobado a través de técnicas de neuroimagen in vivo en estos modelos animales que el consumo crónico de alcohol causa una reducción importante de la mielina en cerebro.

Además, mediante microscopía electrónica, los científicos han demostrado que el alcohol disgrega la vaina de mielina y puede contribuir a la neurodegeneración. Como explica Guerri, “hemos visto que se produce una reducción muy importante de las proteínas que componen la vaina de mielina, y que disminuye la expresión de genes de la misma, por lo que la vaina se rompe e incluso los axones se ven degenerados”.

De esta forma, se demuestra que el daño producido en la mielina es uno más de los efectos del alcohol sobre el cerebro. La mielina es una sustancia fundamental para transmitir los impulsos nerviosos, y por tanto para la conducta de un individuo, por lo que muchas de las alteraciones cognitivas pueden tener como origen alteraciones de la mielina.

Además, los investigadores necesitaban dar un paso más en el estudio para demostrar si la neuroinflamación o inflamación en el cerebro podría estar detrás como mecanismo causante de estas alteraciones.

Para ello, el equipo de científicos eliminó el gen de los receptores llamados “toll-like” o “TLRs”, responsable de la defensa inmunitaria en cerebro y de la neuroinflamación causada por el consumo de alcohol.

En estudios anteriores, este mismo equipo de científicos había demostrado que el consumo de alcohol activa a uno de estos receptores llamado “TLR-4”, dando lugar a la liberación de citoquinas y compuestos inflamatorios que causan inflamación en el cerebro o neuroinflamación y daño neural.

De esta forma, en los modelos animales cuyos receptores TLR-4 se habían eliminado, los expertos comprobaron que se habían reducido de forma muy notoria las alteraciones de mielina, aunque no se habían eliminado por completo.

Fuente: CIPF