A medida que trascienden detalles de la fuga de los condenados por el triple crimen, queda claro que no sólo fue la pericia de los prófugos lo que les permitió escapar. Por caso, de acuerdo a un informe que publica Infobae, el guardiacárcel que estaba en uno de los portones de General Alvear que tuvieron atravesar para salir era un Testigo de Jehová que no portaba armas porque su religión se lo impide.

Según el informe, en el puesto uno del portón de la Unidad 30 de alta seguridad, debía haber tres guardias. La noche de la fuga hubo uno solo.

Igual, eso sorprendió a Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci. “Esto es una cama, acá no tendría que haber nadie, eso es lo que arreglamos”, dijo uno de ellos, según relató el guardia del portón. Pero lo dicho: el guardia no tenía armas y no opuso resistencia.