El domingo 16 de septiembre los hermanos Raúl y José Romero secuestraron a la joven Inés Sterlicchio, hija de un conocido empresario textil. La raptaron en la puerta de su casa y pidieron un millón de dólares de rescate pero todo lo que podía salir mal para los secuestradores, salió. No consiguieron un billete, uno terminó baleado y ambos detenidos.

"Fue todo tan impresentable", sostuvo a Infobae, Luis Sterlicchio, el padre de la víctima, durante una entrevista en la que dio detalles sobre el secuestro de la joven de 18 años. Sterlicchio es el dueño de la marca de ropa Ossira.

Raúl Romero era el custodio de la chica y junto a José planeó el golpe. La chica llegó a su casa en su Jeep el domingo y fue sorprendida por Raúl quien baleó a su hermano en una aparente maniobra para hacer creer que él nada tenía que ver con el secuestro.

El secuestrador tenía que llevar a un descampado la camioneta en la que Inés había llegado. Allí se desharía del vehículo para después trasladar a la víctima en su propio auto. "Llevaron la Jeep al descampado para quemarla. En el apuro se olvidaron a mi hija en el asiento de atrás. Mientras le echaban fuego, escucharon sus gritos y la sacaron", contó el empresario.

El celular de la víctima, desde donde sus captores hicieron los primeros llamados para negociar su liberación, sí quedó adentro de la camioneta y se prendió fuego con ella, por lo que las comunicaciones tuvieron que seguir desde la línea de celular del secuestrador.

Habían pedido un millón pero terminaron conformándose con 15 mil dólares. Sin embargo, ni eso consiguieron porque cuando soltaron a su víctima, el Falcon modelo `74 ya no volvió a arrancar. "El auto lo dejó a pata", manifestó incrédulo Sterlicchio.

José Romero fue detenido el martes. Lo encontraron escondido adentro de un auto, debajo de un puente. Su hermano, el custodio a quien baleó el domingo cuando "intentó" evitar que se llevara a la joven, cayó un día después.