El temor al dengue y la ola de insectos despertaron el ojo comercial de una banda, que distribuyó envases de Off rellenos de un líquido espeso. Los bidones secuestrados por la policía tenían impresa la imagen de una calavera, signo que advierte sobre la presencia de sustancias peligrosas.
La ola de mosquitos que afectó a la ciudad de Buenos Aires en las últimas semanas y los temores por el avance del dengue hicieron surgir un nuevo negocio: una banda se dedicó a vender repelente falso para aprovechar el alza de la demanda de ese producto.
La banda fue desbaratada ayer, cuando uno de los integrantes fue atrapado cuando salía de un galpón en la localidad bonaerense de Morón para distribuir más de 750 envases con 60 gramos de repelente con la etiqueta de la marca Off (la más conocida del rubro) entre los comercios de la zona, informaron fuentes policiales.
En ese momento, la policía interceptó el vehículo que conducía el hombre y luego ingresó al local donde trabajaban dos mujeres en la fabricación del repelente, quienes se hallaban en plena tarea de rellenado de envases.
Las tres personas quedaron detenidas. "Eran los conocidos envases blancos con sus etiquetas impresas y las tapitas color naranja", dijo a Télam Gabriel Savino, jefe de la Delegación Distrital de Mercedes, a cargo de la investigación.
La policía secuestró además 22 bidones de 20 litros cada uno con un líquido espeso y 31 bidones de similares características, con restos de esa sustancia que tenían impresa la imagen de una calavera, un signo que advierte sobre la presencia de sustancias peligrosas.
En este sentido, personal de la DDI Mercedes informó que se investiga en el grado de toxicidad de las sutancias manipuladas por los delincuentes.
Los investigadores suponen que los delincuentes "pudieron haber elaborado una sustancia a base de aceite de citronella pero aún no han concluído los análisis que permitirán arrojar alguna conclusión al respecto".
El juez federal Jorge Rodríguez, a cargo de la investigación caratuló el hecho como "asociación ilicita e infracción de la Ley 22.362, que protege a las marcas y patentes, y contra el artículo 200 del Código Penal.
Esta última norma sanciona "a quien envenenare o adulterare de modo peligroso para la salud el agua potable o sustancias alimenticias o medicinales de uso público" dijo el titular de la DDI.