Las diputadas nacionales Alicia Ciciliani y María José Lubertino criticaron con dureza las declaraciones de la ex senadora nacional
Hilda “Chiche” Duhalde quien había deslizado que “la mujer aún no está lista para la política” y que incluso el ejemplo de la presidenta Cristina Fernández en ese sentido, es “nefasto” porque se deja llevar por su “lóbulo emocional”. Para la socialista Ciciliani, tal postura parece salida “del siglo pasado”. En tanto para la kirchnerista Lubertino, sus dichos se enmarcan en una estrategia electoral del duhaldismo de cara al 2015.
Ambas legisladoras dialogaron con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, y se refirieron a la inesperada salida de Chiche.
Fuera de cualquier consideración sociológica, para la ex titular del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi), las palabras de la esposa de Eduardo Duhalde amerita una lectura política en la cual éste mismo sería uno de los principales protagonistas. “Esta es una decisión política de los Duhalde de jugar en la interna de Buenos Aires. Ese es el quid de la cuestión”, aseguró y lamentó que en lugar de apelar a “proyectos y propuestas”, hayan echado mano de “un estereotipo de género”, que remite a la inferioridad de la mujer por una supuesta incapacidad racional.
“Seria bueno para la política si los hombres usaran más el lóbulo emocional. Queremos mujeres y varones que usen los dos lóbulos”, retrucó.
Sin embargo, Lubertino destacó que la ex senadora nacional no es la única que suma a su discurso la cuestión de género de una forma negativa. A su entender, la actual diputada nacional Elisa Carrió también lo hace pero desde el extremo opuesto, con “la imposición del matriarcado”.
Ni lo uno ni lo otro. Ni matriarcado ni misoginia: para la legisladora son todos clichés. “Buscamos mujeres que no sean la media naranja de nadie, sino naranjas completas; que puedan hacer política solas o acompañadas por un par”, explicó y dio ejemplos: la brasileña Dilma Roussef, la chilena Michelle Bachelet y la argentina Cristina Fernández, “viuda cuando accedió a su segundo mandato”.
A propósito del caso de Cristina, que compartió un mismo proyecto político son su esposo Néstor Kirhchner, Lubertino advirtió que “detrás de cada mujer esposa hay una mujer política en potencia que puede liberarse y actuar”, aunque aclaró que el veredicto final siempre lo tienen las urnas.
“Eso tenía que ver con que los varones intentaban tener a mano a su mujer de confianza”, aportó Ciciliani y agregó que el panorama ahora es distinto: las mujeres ya no necesitan de un hombre que les sirva de puente o trampolín político.
No obstante, admitió que lo de Chiche revela que aún existen en la sociedad “preocupantes” mojones de machismo y que por ende la igualdad de oportunidades no está del todo garantizada.
“Es una falta de respeto a la luchas de nuestras madres y abuelas”, retrucó.
Ambas legisladoras dialogaron con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, y se refirieron a la inesperada salida de Chiche.
Fuera de cualquier consideración sociológica, para la ex titular del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi), las palabras de la esposa de Eduardo Duhalde amerita una lectura política en la cual éste mismo sería uno de los principales protagonistas. “Esta es una decisión política de los Duhalde de jugar en la interna de Buenos Aires. Ese es el quid de la cuestión”, aseguró y lamentó que en lugar de apelar a “proyectos y propuestas”, hayan echado mano de “un estereotipo de género”, que remite a la inferioridad de la mujer por una supuesta incapacidad racional.
“Seria bueno para la política si los hombres usaran más el lóbulo emocional. Queremos mujeres y varones que usen los dos lóbulos”, retrucó.
Sin embargo, Lubertino destacó que la ex senadora nacional no es la única que suma a su discurso la cuestión de género de una forma negativa. A su entender, la actual diputada nacional Elisa Carrió también lo hace pero desde el extremo opuesto, con “la imposición del matriarcado”.
Ni lo uno ni lo otro. Ni matriarcado ni misoginia: para la legisladora son todos clichés. “Buscamos mujeres que no sean la media naranja de nadie, sino naranjas completas; que puedan hacer política solas o acompañadas por un par”, explicó y dio ejemplos: la brasileña Dilma Roussef, la chilena Michelle Bachelet y la argentina Cristina Fernández, “viuda cuando accedió a su segundo mandato”.
A propósito del caso de Cristina, que compartió un mismo proyecto político son su esposo Néstor Kirhchner, Lubertino advirtió que “detrás de cada mujer esposa hay una mujer política en potencia que puede liberarse y actuar”, aunque aclaró que el veredicto final siempre lo tienen las urnas.
“Eso tenía que ver con que los varones intentaban tener a mano a su mujer de confianza”, aportó Ciciliani y agregó que el panorama ahora es distinto: las mujeres ya no necesitan de un hombre que les sirva de puente o trampolín político.
No obstante, admitió que lo de Chiche revela que aún existen en la sociedad “preocupantes” mojones de machismo y que por ende la igualdad de oportunidades no está del todo garantizada.
“Es una falta de respeto a la luchas de nuestras madres y abuelas”, retrucó.
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Alicia Ciciliani (Radio 2)