A día de hoy conviven en el planeta cerca de 80 millones de personas con glaucoma, conjunto de 60 enfermedades oculares que conllevan una pérdida gradual de la visión –y en último término, a la ceguera– por una degeneración progresiva del nervio óptico, según publica abc.

De hecho, el glaucoma se corresponde con la primera causa de ceguera irreversible en todo el mundo. Tal es así que, dada la ausencia de una cura, debe requerirse un diagnóstico precoz de la enfermedad para poder administrar tratamientos que prevengan la pérdida de visión. El problema es que los signos iniciales del glaucoma son inespecíficos, razón por lo que en la mayoría de los casos solo es diagnosticado cuando el paciente ya ha perdido parte de su capacidad visual. De ahí la importancia de un nuevo estudio dirigido por investigadores del Colegio Universitario de Londres (Reino Unido), en el que se describe un test ocular muy sencillo que posibilita la detección del glaucoma ya en sus fases iniciales.

Concretamente, el nuevo test se basa en una técnica denominada "DARC" que emplea un marcador fluorescente específico que, una vez inyectado en el paciente, se une a las proteínas de las CGR. Así, lo único que hay que hacer es un estudio del fondo de ojo –esto es, una observación de la parte posterior del globo ocular, más específicamente de la retina– y observar estas CGR. Y aquellas que se encuentren deterioradas o hayan muerto se verán como "puntos blancos" fluorescentes durante este examen ocular, lo que revelará la presencia del glaucoma.