El doctor Mauro García Pupo es un apasionado de la actividad académica, sus aportes están referidos a dos temas: la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas avanzadas a través de sus aplicaciones, y la matemática e informática educativa y empresarial. García Pupo cuestionó la manera tradicional de enseñar matemática y señaló a los docentes como los principales responsables de que la materia sea poco querida por el alumnado de los primeros años de formación.

“Hacer matemática es imponerse retos. Identificar un problema y lograr resignificar los conceptos. Sería bueno que se les dé la posibilidad a los estudiantes de seguir ese camino”, explica el académico.

“Al contrario de la ciencia, poco se ha evolucionado en la manera de enseñar matemática” dijo García Pupo. “Está mal que imitemos a quienes fueron nuestros maestros, con sus técnicas, repitiendo la estrategia que va del concepto al problema”.

Y agrega: “el estudiante pierde el encanto que podría recuperar por un tema si se plantea la enseñanza con un proceso inverso, es decir, partiendo del problema y buscando el concepto. Si se cumple este proceso inverso, el estudiante es capaz de experimentar la misma satisfacción que tiene un matemático cuando hace matemática”.

García Pupo definió a ese método de enseñanza como “didáctica inversa”. Reconoce que ese término no figura en ningún trabajo, ni en ningún paper, pero bien lo podría calificar como una enseñanza con un enfoque no rutinario, dado que sí pudo trabajar en campo y aplicarlo experimentalmente en un curso de geometría. Los resultados fueron notables, sobre todo en el cambio de actitud de los estudiantes. “Pasan de tener un rol anónimo en un grupo, a convertirse -en algunos casos- en un líder, por el simple hecho de haber logrado construir en base a la creatividad un concepto”.

“La organización del aprendizaje matemático debe basarse en el trabajo en equipo y en el fomento de la cooperación entre estudiantes. Asimismo, debe incentivarse en los estudiantes el aprecio, la seguridad y la confianza de su hacer matemático, fundamentándose en aquellos conocimientos que ya poseen”, señala Pupo.

El especialista ejemplifica que en países como Singapur lo están aplicando; por eso es que se habla del método Singapur. “La premisa del método es: enseñar menos para que se aprenda más. Parece una paradoja, pero no lo es, a tal punto que Singapur pasó a ser uno de los países con mayor ranking en cuanto a los resultados de preparación de sus estudiantes”, explica

Pupo dice que la enseñanza tradicional “hace que la gente tenga la misma percepción sobre lo dificultosa que es la matemática. Es una realidad de la que los profesores somos culpables. Está claro que, si en un examen sólo aprueba el 50 por ciento de una clase de cualquier materia, está fallando el profesor. El docente no puede resolver las falencias de sus alumnos. No digo que esto no suceda con otras áreas del conocimiento; lo que ocurre es que la matemática es una asignatura que provoca situaciones con malos resultados en todos los niveles”.

Fuente: Universidad Nacional del Nordeste