El fotógrafo Abd Alkader Habak estaba tomando imágenes en Alepo, Siria, tras un ataque de un coche bomba que dejó más de 100 muertos. Mientras el reportero gráfico documentaba la evacuación el dolor lo sobrepasó cuando se encontró con un niño sin vida como consecuencia del ataque y cayó de rodillas a su lado con un llanto desconsolado.

Entre el centenar de civiles muertos se encontraban al menos 68 niños y Habak no dudó en dejar su cámara para ayudar en el rescate de las víctimas. Pero un un momento se quebró y se puso a llorar de rodillas al lado de un niño muerto. Un colega suyo capturó el momento y publicó las fotografías por Twitter que fue tras ser compartida por miles de personas recorrieron el mundo y se convirtieron en el símbolo de la violencia y brutalidad del conflicto en Siria.

Mas tarde Habak utilizó las redes sociales para escribir: "Lo que mis colegas y yo hemos hecho hoy es inspirar humanidad a los responsables del asesinato de niños en Khan Sheikhan".