Barrio Echesortu no sale de la conmoción por el crimen de un comerciante que tuvo lugar este miércoles a manos de un delincuente que lo sorprendió cuando recién abría su granja. Rubén Figueroa, padre de Celeste y Matías, recibió dos disparos de arma de fuego tras arrojar una piedra a los ladrones y falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

Rubén tenía 56 años y hacía 10 años que trabajaba en Cablehogar pero como estaba de licencia por un problema de rodillas, ayudaba a su mujer en el almacén familiar. 

La esposa e hija de la víctima, Mercedes y Celeste, respectivamente reconstruyeron para De 12 a 14 (El Tres) la trágica secuencia de la mañana.  

Mercedes señaló que el ladrón, de unos 20 años había llegado en moto “re sacado” y que su marido lo empujó “afuera porque en ese momento había una nena con el padre que vinieron a comprar”.

Celeste por su parte dijo que su padre salió enfurecido; dijo –recordó– que "no le iban a robar lo poco que había conseguido laburando". Le habían arrebatado los 5 mil pesos de la recaudación del día anterior que iban a usar para pagar a los proveedores del miércoles. 

"La policía tiene las manos atadas. Alguien tiene la culpa de que esta gente tenga armas y dispare como si nada. Se llevan una vida si es necesario por la plata –lamentó Celeste–. Somos una familia de laburantes”. 

La investigación

El fiscal de Homicidios Florentino Malaponte adelantó que el ladrón habría utilizado un revólver debido a que “no había vainas” en la escena del crimen y aseguró que la policía buscaba material en las cámaras de videovigilancia de la zona para identificar al homicida. A su vez, deslizó que tiene “datos de que podría haber” otro sujeto involucrado en el hecho.