Según el último informe del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), 2 de cada 10 chicos en la sala de cinco años no pueden escribir su nombre sin ayuda. El documento también indica que el 50% de los niños no asiste a los niveles iniciales y que un 41% no llega a los últimos años de la secundaria o está atrasado respecto de su edad.
El programa de investigación desarrollado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina y la Fundación Arcor advierte además que “la exclusión educativa en los primeros años de vida y el déficit educativo en los adolescentes, tienden a ser más regresivos a medida que se incrementan las condiciones de pobreza”.
Para la pedagoga Alicia Arteaga, “la educación tiene serios problemas de deserción o de chicos que directamente no van a la escuela; por lo que primero se debe plantear una estrategia para lograr que estudien, y luego ver cómo formarlos. Si se falla en estas misiones, la educación se empobrece”, indicó.
Los resultados presentados reflejan que un niño del 25% más rico tiene 8,5 “chances” más de asistir a una escuela de doble jornada que un par en el 25% más pobre: la brecha de desigualdad es de 2,6 veces en el acceso a la enseñanza de computación y de 2 veces para el conocimiento de un idioma extranjero.
El 26% de los niños del nivel inicial recibe una enseñanza que, en términos generales, sus padres califican como “muy buena” y que no cambiarían por ningún motivo. La misma calificación, en el nivel primario alcanza al 17% de los niños, y en el nivel medio, al 15% de los adolescentes; en tanto, el 24% de los niños del nivel inicial asisten a un edificio escolar que sus padres evalúan en “muy buen estado de mantenimiento”. Esto mismo se registra en el 16% de los chicos del nivel primario y en un 11% del nivel medio. Finalmente, el 30% de los chicos del nivel inicial asisten a una escuela en que son “muy bien tratados por los docentes”, mientras que la misma calificación fue la de los padres en un 22% de niños del nivel primario y un 17% adolescentes en el nivel medio.
Fuente: Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA)
El programa de investigación desarrollado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina y la Fundación Arcor advierte además que “la exclusión educativa en los primeros años de vida y el déficit educativo en los adolescentes, tienden a ser más regresivos a medida que se incrementan las condiciones de pobreza”.
Para la pedagoga Alicia Arteaga, “la educación tiene serios problemas de deserción o de chicos que directamente no van a la escuela; por lo que primero se debe plantear una estrategia para lograr que estudien, y luego ver cómo formarlos. Si se falla en estas misiones, la educación se empobrece”, indicó.
Los resultados presentados reflejan que un niño del 25% más rico tiene 8,5 “chances” más de asistir a una escuela de doble jornada que un par en el 25% más pobre: la brecha de desigualdad es de 2,6 veces en el acceso a la enseñanza de computación y de 2 veces para el conocimiento de un idioma extranjero.
El 26% de los niños del nivel inicial recibe una enseñanza que, en términos generales, sus padres califican como “muy buena” y que no cambiarían por ningún motivo. La misma calificación, en el nivel primario alcanza al 17% de los niños, y en el nivel medio, al 15% de los adolescentes; en tanto, el 24% de los niños del nivel inicial asisten a un edificio escolar que sus padres evalúan en “muy buen estado de mantenimiento”. Esto mismo se registra en el 16% de los chicos del nivel primario y en un 11% del nivel medio. Finalmente, el 30% de los chicos del nivel inicial asisten a una escuela en que son “muy bien tratados por los docentes”, mientras que la misma calificación fue la de los padres en un 22% de niños del nivel primario y un 17% adolescentes en el nivel medio.
Fuente: Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA)
