El de Susana es otro relato que expone elementos en común de la violencia de género. Golpes brutales y amenazas de un hombre contra una mujer, denuncias ante la Justicia que no son escuchadas, reiteración de las agresiones y un Estado que no responde o llega tarde. En el caso de Susana, al menos apareció un integrante de una ONG que le abrió las puertas de su casa para que pueda irse con sus hijos y no estar expuestos a su ex.

La víctima contó este viernes, aún conmocionada y con las huellas de la golpiza en su rostro, su historia a Telenoche (El Tres).

Su relato empieza el lunes pasado cerca de las 20. “Me agarró de los pelos, me llevó a la cama, me ató con precintos, me puso las manos atrás, me amordazó la boca, me ató los dedos de los pies, muy fuerte la boca, me giro boca abajo porque tengo una quemadura en la espalda. Me pegaba y me decía que iba a volver”, recordó.

Susana intentó desatarse pero el agresor volvió y le siguió pegando. “Me pegó con una botella de atrás y me desvanecí”, dijo y lamentó: “Hay denuncias, hay de todo, pero nadie hace nada por mi”.

La mujer ahora decidió dejar su casa de 27 de Febrero y Brasil pero está en situación de calle y con dos hijos. Por eso reclama ayuda y hace pública su situación. Mientras tanto, Diego, quien forma parte de la asociación civil Frente rosarino, salió a darle una mano.

“La Fiscalía emitió una restricción domiciliaria a nombre de una persona pero se niega a notificarse”, aseguró el hombre.

Diego agregó: “Ella y la nena están con nosotros pero estamos en la búsqueda de que Susana tenga una solución alternativa".

"Tenemos una reunión con funcionarios de la Secretaría de la Mujer el lunes a las 11 para asistirla pero eso será a 72 horas. La nena de 9 años escucha pasar un auto y se orina encima”, dijo y reclamó: “Que el Estado venga y acompañe a Susana”.