Tres mil usuarios enganchados fueron regularizados por la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Se trata de familias de 10 barrios más pobres de la ciudad que vivían "colgadas" de la luz y a partir de ahora forman parte del programa impulsado por la compañía para la inclusión social.

En contacto con el programa A Diario de Radio 2, Hugo Vitantonio, del área de Control de Pérdidas de la compañía y gestor del programa Luz y Agua segura, señaló que “es una importante mejora en la seguridad de la red, un ordenamiento del espacio público pero también un beneficio en las condiciones de hábitat para los sectores más humildes y desprotegidos".

Según sostuvo el funcionario, a partir de ahora "los usuarios podrán conectar los electrodomésticos con mayor seguridad ya que antes el voltaje variaba y podía perder todo”.

El proceso de regularización se realiza con la instalación de conexiones domiciliarias que se diferencian de las habituales, ya que cuentan con un limitador de carga o potencia, que interrumpe la corriente eléctrica apenas el usuario se excede de un piso de consumo. Pero cuando se reduce esa demanda, el servicio se repone automáticamente a los cinco minutos.

"Cada vivienda tendrá una potencia 2,2 kilowats que le permitirá la iluminación básica, conectar un televisor, una heladera, una estufa de cuarzo y un calefón eléctrico", señaló Vitantonio y remarcó que "hay un límite de capacidad de potencia que permite sólo conectar algunos artefactos".

En tanto, la tarifa será plana y tendrá un valor de 50 pesos. "Es un valor único por el total del consumo y los clientes ven cómo positivo empezar a reibir una facturación por la prestación. Se trata de una tarifa social y de un servicio que antes el Estado no le daba a los usuarios", concluyó.

Por último, remarcó que el cable que ingresa a la vivienda "es un conductor aislado que protege de cualquier descarga eléctrica".