Las hepatitis B y C, dos epidemias silenciosas que afectan al 2% de la población mundial, se pueden prevenir y potencialmente erradicar si se detectan a tiempo y se las trata convenientemente, afirmaron especialistas, con motivo del Día Mundial de la Hepatitis a celebrarse el próximo 28 de julio.

"El problema es que ese 2% de la población mundial no lo sabe. Cómo acceder a esa información? Con un simple test sobre una muestra de sangre. El análisis es clave para detectar tempranamente la enfermedad", advirtió Federico Villamil, presidente de la Sociedad Internacional de Hígado, durante un encuentro con la prensa.

Para Villamil, jefe de Transplante del Hospital Italiano, "la hepatitis se puede prevenir e incluso es potencialmente erradicable si se toma conciencia de la necesidad de un diagnóstico temprano y un tratamiento a cargo de hepatólogos".

Sin embargo, Bernardo Frider, jefe de clínica médica y hepatología del Hospital Argerich, presente en el encuentro, aclaró que "los médicos generalistas deben también tomar conciencia de esto".

Frider explicó que "son los médicos quienes a través de chequeos de rutina o análisis preocupacionales que se les practican a las personas, pueden detectar la hepatitis B o C".

Las infecciones provocadas por estos virus producen tantas muertes como la tuberculosis o el virus del Sida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que motivó al organismo a instar a los gobiernos a concientizar sobre el tema, ya que considera a la hepatitis como un problema de la salud pública.

El presidente de la Asociación Argentina para el Estudio de las Enfermedades del Hígado (AAEEH), Carlos Guma, dijo a Télam que "al no producir síntomas, la mayoría de esos individuos no serán identificados hasta que se les soliciten pruebas específicas".

Guma, quien además es jefe de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Eva Perón, explicó que "la hepatitis es una inflamación del hígado provocada por muy diversas causas, de las cuales las más frecuentes son los virus, el alcohol y los medicamentos".

Existen desde hace años en el país vacunas para prevenir la A y B en tanto el diagnóstico para el virus de la B y la C es tan simple como hacer la prueba en una muestra de sangre.

"De ahí la importancia de instrumentar programas de detección y de estudiar prioritariamente a los individuos con alto riesgo de contraer la enfermedad, que son todos aquellos que han tenido contacto con fuentes potencialmente infecciosas", estimó el hepatólogo.

Según la asociación que preside Guma, esas fuentes de contagio son: sangre infectada a través de transfusiones, de agujas (drogadicción intravenosa) o de material no descartable o mal esterilizado para tatuajes o acupuntura.

Mientras que el virus B, y en menor medida el C, se contagian frecuentemente por vía sexual, se informó desde la AAEEH.

Fuente: Telam