Con la particularidad de ocho concejales que decidieron abstenerse en la votación, el Palacio Vasallo aprobó la excepción solicitada por el Rosario Rowing Club  en relación a un gimnasio que supera los metros de altura permitidos, tras casi cuatro años de polémica. Fue por ocho voluntades a favor y cinco en contra.

La institución ubicada en la costanera norte presentó por tercera vez un proyecto para reducir un tinglado de 12 metros sin tener que desarmarlo completamente y por otro lado tratando de mantener ciertas características para ser un escenario en donde se puede desempeñar el vóley en la liga nacional y otras disciplinas.

En concreto, se realizará un nuevo techo a dos aguas cuyo pico máxima alcanzará los 8,2 metros. Es que la construcción se inició sin los permisos correspondientes.

La excepción (por ordenanza el techo no podría superar los seis metros en esa zona) fue aprobada por ocho concejales contra cinco, que votaron en contra. En las tribunas del recinto, socios del club celebraron la aprobación.

La iniciativa fue acompañada por el oficialismo, es decir los ediles del socialismo (Miguel Zamarini, Viviana Foresi, Pablo Colono y Manuel Scuitto) más sus dos aliados del PDP (Aldo Pedro Poy y Roberto Bruera), un radical frentista (Gonzalo del Cerro) y uno de la Coalición Cívica (Oscar Greppi). Así, le pusieron punto final a un largo conflicto que se inició con la queja de los vecinos de la costanera porque el gimnasio les quita vista del río y viola las normativas vigentes.

Los concejales del PJ Osvaldo Miatello y Diego Giuliano se opusieron. Al igual que los radicales Jorge Boasso y María Eugenia Schmuck y el hombre del Proyecto Sur, Alberto Cortes.

Mientras que otro sector del PJ, el Frente para la Victoria (Norma López y Roberto Sukerman), se abstuvo. La misma posición tuvieron Héctor Cavallero y María Fernanda Gigliani (PPS) más los cuatro ediles del PRO.

Cavallero dijo que si bien no está a favor de este tipo de excepciones, su postura histórica es que antes de cumplir una orden para demoler un gimnasio deportivo “se corta las manos”.

“Mal manejo”

En contacto con el programa Radiópolis (Radio 2), el concejal del Frente para la Victoria, Roberto Suckerman, anticipó que no votaría a favor y explicó: "El tema viene de hace años y que el club lo ha manejado bastante mal". "Estoy hablando de los dirigentes no de los socios. Porque fueron las autoridades de la entidad las que estuvieron a la cabeza de esta situación", dijo el concejal de la oposición.

Fueron cuatro años de idas y vueltas en la gestión del club para autorizar la obra. La última propuesta del club de avenida Colombres al 1700 fue mantener una estructura de 8,25 metros con techo a dos aguas. Altura que supera en 2,25 metros el tope impuesto por el código urbano para los edificios con vista al río, pero que permitirá a la institución albergar competencias nacionales de vóley.

"Se trabajó sobre el hecho consumado. Se construyó un gimnasio cuando deberían haber pedido el permiso. Seguramente fue con el aval de dirigentes que son socios del club y alentaron para que siguiera adelante", advirtió Suckerman. En este sentido, el edil sostuvo que con su compañera Norma López no están de acuerdo con que "se avalen las cosas tal como están".