Un equipo de investigadores proponen agregar una nueva alternativa para determinar si una persona padece sobrepeso: el Índice de Adiposidad Corporal (BAI, la sigla en inglés para Body Adiposity Index). Para sus promotores, se trata de una medida mucho más precisa que el ya popular Índice de Masa Corporal (IMC), que en los últimos años acompaña a cualquier diagnóstico de sobrepeso.

A diferencia del IMC, que se obtiene al dividir el peso por la altura al cuadrado, en el BAI la relación se establece considerando la circunferencia de la cadera (en centímetros), dividida por la altura al cuadrado; a ese resultado se le resta 18 y se obtiene la cifra definitiva.

Si el resultado en los hombres es superior a 25, se considera que tienen obesidad. En las mujeres, el número fatal es 38.

"Usando las mediciones de la circunferencia de la cadera y la altura, el BAI se puede utilizar para reflejar el porcentaje de grasa corporal para hombres y mujeres adultos y de etnias diferentes, sin tener que realizar corrección numérica o la evaluación del peso", explica el doctor Richard Bergman, de la University of Southern California, en la última edición de la revista Obesity.

Bergman y sus colegas parten de la base que este nuevo indicador permite determinar el nivel de adiposidad, sin tener que conocer el peso de un individuo.

Además, tiene otra ventaja sobre el IMC: puede diferenciar entre las personas realmente con sobrepeso u obesidad, de aquellas con un cuerpo atlético o con gran masa muscular.

Como precisa la doctora Ada Cuevas, nutricionista de Clínica Las Condes de Chile: "El gran problema del IMC es que no da una idea exacta de la grasa presente en el cuerpo, y que en el fondo es la principal causa de trastornos en el organismo y lo que se busca corregir con el tratamiento".

Expertos internacionales precisan que aún se necesitan más investigaciones para confirmar la eficacia del BAI, y probarlo en otros grupos étnicos (fue estudiada en población mexicano-estadounidense).



También si se puede extender a otras edades. "Este índice es aplicable a gente adulta, pero no en niños porque aún están en desarrollo", advierte la doctora Pilar Arnaiz, cardióloga-pediatra de la Universidad Católica de Chile, quien ha trabajado en estudios en población infantil a través de la relación entre cintura y altura.

El doctor Bergman no es el primero en proponer una alternativa al índice IMC. Desde hace algunos años, la circunferencia de la cintura es ampliamente considerada como un mejor indicador de riesgo cardiovascular que el IMC, aunque algunos estudios han demostrado que tienen igual nivel de predicción.

"El problema con el perímetro de cintura es que hacen falta estudios adecuados a cada población. Organismos internacionales sugieren que en los latinos, por ejemplo, las cifras sean inferiores (se habla de riesgo cuando la cintura mide más de 88 cm en mujeres y 102 cm en hombres), ya que se han visto alteraciones en el azúcar o el colesterol, con diámetros menores a los establecidos como riesgosos", agrega la doctora Cuevas.

De todas formas, las especialistas reconocen que cada uno de los indicadores se pueden complementar en la consulta, para dar con un diagnóstico más preciso y comenzar una intervención que detenga la obesidad y sus consecuencias.



Mediciones en niños



La doctora Pilar Arnaiz, de la Universidad Católica de Chile, junto a un grupo de expertos han estudiado otra medición para determinar la obesidad y el riesgo de síndrome metabólico, conjunto de alteraciones (como hipertensión y colesterol alto) que aumentan la posibilidad de sufrir enfermedad cardiovascular o diabetes. Como dice su nombre, el índice cintura-estatura se obtiene dividiendo la cintura (en cm) por la estatura (en metros). Si el resultado es superior a 0,55, el riesgo de síndrome metabólico es mayor. Se puede aplicar en adultos y en niños; de hecho, el estudio chileno se aplicó a 618 niños, de entre 6 y 16 años.



"En los niños este número es un indicador de que es necesario intervenir y corregir hábitos para que no se transformen en adolescentes o adultos con riesgo cardíaco o de diabetes", dice Arnaiz.



Fuente: El Mercurio