A diez años de esa pequeña idea que se transformó en una gran movida. El Mercado Retro festeja su primera década de vida. Y nadie está más contento que Dante Taparelli, su mentor, quien asegura que, desde entonces, los domingos en Pichincha "son una fiesta".  

"Lo mejor sale cuando se aguza el ingenio. Cuando tenés inseguridad, incertidumbre, se pone la creatividad en juego. Esa fue la idea del Mercado Retro", evocó, al ser consultado en Radio 2 sobre los orígenes de la feria de artículos usados La Huella, que cada domingo entre 10 y 19, se instala avenida Rivadavia y Santiago.

"Lo que hicimos fue poner en escena la memoria. Pero no la memoria terrible de sangre y fuego. Sino la memoria cotidiana, doméstica", destacó.

Taparelli recuerda que los primeros meses de 2002 la ciudad estaba "quebrada, dolida, sin esperanza". Aún no se había recueprado del estallido de diciembre de 2001. "Al convocarla, la gente tenia cara de susto", rememora. Pero "los participantes en ese momento encontraron una nueva profesión", celebró.

"Se dieron cuenta de que las ruinas, lo que ellos tenían, tenía valor para otras personas. La ciudad encontró lo que los antiguos trajeron de Europa a Rosario, la idea del mercado. No como lugar para comprar comida y cosas, sino como lugar democrático de encuentro", explicó.

Además, recordó una anécdota: "Me encontré, los primeros días, con una tacita que me compré. Era igual a la taza con la que tomaba un café horrible, medio aguado, en lo de mi tía en Santa Fe".

El artista evaluó que hace una década "Pichincha era una ruina" y que "la primera alegría fue el Mercado Retro". Entonces, el fenómeno. "Luego vinieron ferias de comidas y artesanos, se abrieron horizontes inimaginados", planteó.